El grito de Salomón Rondón fue un enorme desahogo para las 86 mil personas que coparon otra vez el Monumental, pero también para los futbolistas. Es que al Millonario le costó abrir el marcador, más allá de dos tantos que fueron anulados por offside. Tampoco tuvo una noche para sacar lustre y le costó generar situaciones claras de gol sobre el arco de Tomás Marchiori, más allá del dominio durante gran parte del juego.
El cierre del encuentro terminó con todo River festejando, pero con los futbolistas de Atlético Tucumán con mucha bronca. La escena final arrojó una imagen similar al último superclásico en el Monumental, en el que una montonera de futbolistas del equipo rival arremetió contra un jugador del Más Grande. El destinatario esta vez fue Miguel Borja, que había sido reemplazado a los 15 minutos de la segunda etapa y que vio el final del encuentro empujando desde el banco de suplentes.
Tomás Marchiori, arquero del Decano, fue directo a increparlo. Estaba totalmente sacado y solo pudo ser frenado por algunos compañeros antes de que todo terminara a las trompadas. ¿Qué dijo Miguel Borja para descatar la ira del golero? “Son unos cagones, ahora atate los cordones ahora”, expresó el delatero colombiano. Una frase hiriente que se desató la locura y el descontrol del elenco tucumano.
Los jugadores de River terminaron rodeando a Miguel Borja y sacándolo de la zona donde estaba el Marchiori. El arquero siguió haciéndole señas que lo iba a ir a buscar en la zona del vestuario. El triunfo del Más Grande terminó en un escándalo que no pasó a mayores por la rápida intervención de algunos futbolistas, de un lado y del otro. El gol de Rondón sacudió fuerte. Las palabras del Colibrí, también.