Nació del otro lado del Río de la Plata, pero su destino estaba marcado a fuego desde que comenzó a jugar al fútbol en los potreros de Montevideo. Dueño de una técnica única y elegante, Enzo Francescoli Uriarte duró muy poco en el fútbol uruguayo, donde dio sus primeros pasos en Wanderers. En 1983 River lo contrató a cambio de 310.000 dólares. Llegó como una joven promesa, pero pronto tuvo que hacerse cargo de una camiseta muy pesada.
El 24 de abril de 1983, Enzo debutó de manera oficial con la camiseta de River. El Millonario venció 1 a 0 a Huracán en el Monumental y el Príncipe uruguayo vistió el dorsal número 10 que unos años atrás defendía nada más y nada menos que Norberto Alonso, uno de los máximos ídolos de la institución. El único tanto del partido lo anotó Marcelo Bottari en contra de su propia valla. Carlos Espósito, árbitro del encuentro, le anuló un gol a Francescoli por estar en posición adelantada.
El presente de aquel equipo no era el mejor y el contexto tampoco ayudaba. Sin ir más lejos, tras el debut frente al Globo, Enzo Francescoli fue increpado por un periodista en la puerta del vestuario y le reprochó el mal desempeño del Millonario en una entrevista insólita. “¿Ganó un poco de casualidad, no?”, le preguntó el cronista del viejo canal 11. “Eso lo dice usted”, replicó el actual Secretario Técnico del Millonario. Hasta se escucharon algunos murmullos en la siempre exigente platea San Martín luego de aquel 1 a 0 en Núñez.
River Plate formó aquella tarde con Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti, Alberto Tarantini, Enrique Nieto y Jorge García; Enzo Bulleti, Américo Gallego y Enzo Francescoli; Alberto Bica, Raúl Chaparro y Emilio Comisso. Fue el comienzo de una historia hermosísima, que tendrá al Príncipe como gran protagonista del campeonato de 1985/86, que marcó el inicio de una época dorada en el Millonario.