Pese a que el empate 0-0 contra Belgrano dejó cierto grado de tristeza, alrededor de 42.000 hinchas alentaron al Más Grande en el estadio Monumental, donde el apoyo fue incondicional bajo una lluvia constante.
La lluvia, los relámpagos y la amenaza latente de un diluvio no alcanzaron para detener el entusiasmo por ver a River. Aunque el fin de semana largo y el clima fueron atenuantes que disminuyeron un poco la concurrencia, unos 42.000 fieles llegaron hasta Núñez para alentar al Más Grande en casa luego de 87 días: resultado repetido, 0-0 aquella vez ante Flamengo y anoche frente a Belgrano.
Mientras la actividad eléctrica del cielo causaba distracciones inevitables, la gente no paró de cantar e incluso agregarle ritmo físico al estilo “se mueve para acá, se mueve para allá”. Esta vez el tradicional “River, mi buen amigo” sonó al principio del partido, debido s que antes hubo show de ovaciones para los jugadores más quridos: Jonatan Maidana y Leonardo Ponzio.
Conscientes de que obtener la victoria en casa es fundamental, los hinchas hicieron un pedido inmediato: “Vamos, vamos, River Plate, hoy te vinimo’ a alentar, para ser campeón hoy hay que ganar”. Sin embargo, los 21 remates del equipo no alcanzaron. “Me hubiera gustado darle el triunfo a nuestra gente, que tuvo frío y se mojó”.
Como es habitual, hubo chicanas al eterno rival (“el que no salta, abandonó”), pero sobre todo respaldo hacia el equipo mediante diversas estrofas: “Señores, yo soy del gallinero”, “siempre alentamos, y yo ya sé por qué” y, cerca del final, un intenso “oooh, vamos, River Plate” para apoyar en el momento de mayor nerviosismo. No fue suficiente, aunque la alegría de volver al templo de Núñez para ver al Millonario igual provocó esa linda sensación inexplicable.
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