Hace una semana escribí una nota sobre los extraños manejos de la AFA y la vinculación de nuestro eterno rival con el poder, pero hoy quiero tocar el otro tema, incluso el que considero más importante. La metamorfosis del River que podía dar vuelta cualquier partido, en esta devenida sombra de equipo.

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Al margen de la necesidad que tenemos todos como seres humanos de ‘buscar el responsable y mandarlo a la hoguera’ (porque sí, así funcionamos, en lugar de analizar el problema como un todo y pensar en las soluciones con las armas que tenemos, el primer impulso es borrar todo e intentar arrancar de cero), el Miillonario reúne un conjunto de cosas que voy a englobar en ‘los no de River’:

No responde ante la adversidad. Le convierten y da la impresión de que no acusa el golpe recibido.

No encuentra respuestas en el banco de suplentes: los recambios suelen estar muy por debajo de los titulares, salvo Mora.

No se halla a nivel táctico. Gallardo sigue firme con el 4-2-2-2, pero cuando le ha tocado cambiar, lo ha hecho ( vs. Vélez utilizó un 4-3-1-2), y tampoco le resultó. El Muñeco es responsable.

No tiene un equipo ideal. Se perdió el ‘armado de memoria’ que teníamos. Si bien hoy se puede pensar en: Armani, Maidana, Martínez Quarta, Saracchi, Ponzio, Pérez, Pity Martínez, Scocco y Pratto como fijas, están las dudas de Pinola, Montiel, Fernández, De La Cruz y Zuculini por bajos rendimientos, y Mora y Quintero aparecen como opciones en alza. Otras alternativas son Borré, Mayada y Palacios.

No pudo contar en el año con uno de los típicos titulares. Jorge Moreira continúa recuperándose de su lesión. Ariel Rojas también. Además posee un grupo de jugadores que el hincha marginó, Casco, Auzqui y Rossi.

No logró recuperar a dos jugadores que jamás pudieron reforzar el equipo: Lollo y Larrondo.

Así y todo me gusta pensar que River puede salir de esta. Sí. Vamos, sé que muchos hinchas están negativos, enojados y también, lógicamente, preocupados. Pero seamos sinceros, nombres nos sobran. Falta que vuelvan a su nivel, es cierto, pero no se olvidaron de cómo jugar al fútbol.

Gallardo es un técnico gigante. Está en medio de una tormenta sin precedentes durante su ciclo, pero se supo reinventar, una y otra vez. Lo hizo luego del súmmum de la Copa Libertadores y Japón, donde se le desarmó su dream team. “Ante una dificultad tan importante como la falta de juego en la cual no podemos salir, lo único que tenemos que hacer es seguir trabajando”, sentenció Gallardo en Liniers.

Desde nuestro lado, lo único que podemos hacer es apoyar, tirar todos para el mismo lado. Entiendo la ira de los riverplatenses, pero insultar en una red social o murmurar en el Monumental, no ayuda. Me quedo con la actitud post Vélez de Enzo Pérez haciéndose cargo de la derrota por la expulsión y de Gallardo al no esconderse diciendo que él es el responsable.

¡Vamos River carajo, que de esta salimos todos juntos!

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