Gallardo sabe que no será sencillo hallar un funcionamiento acorde a lo que pretende para que River vuelva a ser un equipo competitivo, sobre todo a la hora de sufrir ausencias por lesiones o suspensiones. Por eso requiere de tiempo y una mejoría de las individualidades.
Dos pasos adelante y uno atrás. Cuando el Millonario avanza en lo futbolístico, retrocede su rendimiento colectivo e individual de manera inmediata. Si bien es justo mencionar que la evaluación siempre debe hacerse en un contexto, teniendo en cuenta de que de ninguna forma es igual cuando juegan los suplentes o buena parte de ellos que los titulares, la realidad indica que varios futbolistas se encuentran por debajo en cuanto al desempeño esperado.
Por lo pronto, la base titular que ganó la Copa Libertadores ya no es la misma. Ariel Rojas, Teófilo Gutiérrez y un recambio de lujo como Germán Pezzella se fueron antes de las semifinales. Una vez concluido el máximo certamen continental, Ramiro Funes Mori emigró, al igual que Fernando Cavenaghi. Entonces, el Muñeco tiene que hallar sustitutos. Sin el colombiano, Lucas Alario inmediatamente consiguió un lugar intocable entre los once. Eder Álvarez Balanta recuperó la zona de zaguero central por la salida del Melli, pero no se muestra firme como en otras épocas.
La banda izquierda quedó en una situación de acefalía parcial. Gonzalo Martínez tuvo destellos clave en diversos momentos. Sin embargo, no termina de hallar cierto grado de regularidad. Lo propio sucede con Sebastián Driussi, una suerte de comodín. panorama idéntico para Tabaré Viudez, que recostado en el sector izquierdo la rompió en Asunción. ¿Nicolás Bertolo? Hasta ahora, tan codiciado en el mercado como decepcionante dentro del campo. El DT considera importante brindarle rodaje y confianza para que explote todas sus condiciones. Aunque parece difícil que lo consiga en el corto plazo.
Bajo esas circunstancias, sumado a las lesiones de forma escalonada (Leonel Vangioni y Alario, por ejemplo) que impidieron repetir una formación, es una misión complicada que River desenvuelva un fútbol dinámico, constante, sólido y, en ocasiones, pausado para tener la pelota. Frente a ese problema, Gallardo requiere de trabajo, paciencia y crecimiento de las individualidades. No existe otro remedio. Tampoco es fácil que pese a ello, el resultado termine siendo exitoso porque incluso los habituales intérpretes tienen que reencontrarse con su nivel. Mientras tanto, con la mira puesta principalmente en Japón, El Más Grande debe avanzar en la Copa Sudamericana. Y aun lejos de la versión tan fuerte como estable que busca el DT, nada le quita su especialidad en los mano a mano.
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