(Corresponsal en Japón – Incluye videos) País amable si los hay, en Japón hay palabras claves que armonizan mucho más la relación con la gente local. Además, ir al baño en el exótico país asiático es toda una experiencia. Imperdible.

No es mentira. Realmente Japón es otro mundo. El país asiático que recibió a River para disputar el Mundial de Clubes es distinto hasta en los detalles más íntimos.

La gente japonesa, amable de pies a cabeza, se muestra además muy agradecida si uno se toma el trabajo de aprender, aunque sea mínimamente, cómo comunicarse en su idioma.

Por ejemplo, cuando una persona tiene hambre, se utiliza el término “una casita”, obviamente en japonés. Así, con ese juego de palabras, se entiende.

Pero para realmente caerles bien, acá va la clave. Muchos saben que “arigato” significa “gracias”, aunque pocos tienen conocimiento del término “oniki arigato”. ¿Qué es esto? Sería como que un japonés venga a la Argentina y te diga “chas gracias”, así, en coloquial. En Kyoto se sorprenden y les encanta que uno se tome el trabajo de aprenderlo.

+ Los sorprendentes inodoros japoneses (con video):

Sí, aunque parezca mentira, usar un inodoro en Japón es todo un arte. Pura tecnología para facilitar la utilización de los baños. Para empezar, no se levanta o baja la tabla con las manos, como en Argentina, sino que se hace a través de botones, para no tener que tocarla.

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Los baños cuentan con botoneras que están al costado o en el mismo inodoro. Se puede calentar la tabla y hasta ¡poner música! para ambientar el momento. Sí, así como se lee.

¿La limpieza? Se puede elegir entre las opciones “Spray o bidet” para higienizarse y el inodoro lo configura según el usuario (hombre o mujer). La canilla para lavarse las manos está sobre el inodoro y, como era de esperarse, se activa de manera automática. También tiene secado y auto limpieza para no tener que ocuparse del asunto.

Una locura imaginar algo así en Argentina. Pero lo podés tener. Eso sí: en Japón cuestan entre 300 y 400 dólares para empezar a hablar. Y bueno, la comodidad tiene su precio.