¡Sí, señor! River le ganó a Independiente Santa Fe y se coronó, como el año pasado, en la Recopa Sudamericana. Otra vuelta olímpica para una época dorada a nivel internacional en el Millonario. ¡Que sigan las alegrías!

¡River campeón! ¡Gritalo, quedate sin voz! El Millonario es otra vez ganador de la Recopa Sudamericana y le demuestra al mundo que sigue en lo más alto del continente.

El arranque fue ideal. Un River dominador, con presión alta y que ahogó a Independiente Santa Fe, golpeó de entrada, porque Ignacio Fernández apuró un tiro libre en tres cuartos de cancha y Sebastián Driussi, tras un centro rasante, estampó el 1 a 0 para hacer delirar al Monumental.

Pero el gol no detuvo al Más Grande, que mantuvo el dominio casi absoluto de la pelota y sometió a los colombianos a esperar un contragolpe ante los constantes ataques de los de Marcelo Gallardo.

Recién a los 24 minutos avisó Santa Fe, con un remate de media distancia que Augusto Batalla resolvió muy bien, con un rebote hacia el costado del área. Como respuesta, Gonzalo Martínez sacó un zurdazo bárbaro que Zapata despejó de igual manera que el arquero de River.

A los 32 se paralizó el corazón de casi todo el estadio, porque Batalla salió a cortar de manera correcta un ataque de Santa Fe, pero la pelota se le escapó de las manos y apenas logró volver al arco para controlar un cabezazo rival que estuvo cerca de significar el empate.

El complemento trajo consigo una alegría similar, porque de entrada River se aprovechó de Santa Fe para ampliar la ventaja con un cabezazo impecable, inatajable, impresionante, y desahogó una vez más al Monumental.

Santa Fe trató de reaccionar con un remate de media distancia, pero Batalla nuevamente tapó en dos tiempos y trajo tranquilidad.

Pero, cuando parecía una final controlada, el club colombiano llegó a un descuento inmerecido, producto de un tiro libre inventado, que desembocó en un doble cabezazo en el área y el 1-2.

A falta de 15 minutos, un regalo de la defensa de Santa Fe dejó al Pity sólo contra el arquero rival. El 10 la picó y la pelota dio en el ángulo, para mantener la incertidumbre en el resultado.

El final del partido concretó la alegría tan esperada. Una nueva vuelta olímpica internacional, la quinta en menos de dos años, para una era dorada del Más Grande a nivel continental. ¡Eternamente gracias!

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