Ariel Ortega volvió a agradecer el cariño que recibe por parte de los hinchas, abrió su corazón y expresó lo que siente por la institución. A su vez, contó cuál fue el mejor momento de su carrera y reveló qué fue lo que le faltó como jugador.
El Burrito hizo todo lo que un riverplatense soñó de chico: jugar en el club de sus amores, triunfar y ser ídolo. Es un referente, un hombre de la casa que siempre tendrá un lugar en los corazones de los fanáticos.
El exenganche dialogó con Basta de Todo, programa emitido por Metro 95.1, y destacó el reconocimiento que recibe de los hinchas: “El cariño que recibo de River es magnífico. La gente es muy fiel hacia mí. Estoy agradecido de por vida. Sin esta camiseta, no hubiera sido lo que soy hoy”.
Cuando ganamos la Copa Libertadores y el campeonato, estaba en un gran nivel, me salía todo.
Asimismo, Ortega recordó algunas etapas de su carrera y confesó que su mejor momento como jugador fue en 1996: “Sin duda, creo que cuando ganamos la Copa Libertadores y el campeonato. Estaba en un gran nivel, me salía todo. Nunca fui de ponerme nervioso, a mí lo que me mató siempre fue la ansiedad. Si era por mí, no hacía la entrada en calor”.
¿Qué deuda considera que tiene como futbolista? “A mí me faltó más gol. La que pegó en el palo contra la Juventus…”, señaló el exmediocampista, quien estuvo a pocos centímetros de convertirle al conjunto italiano en la final de la Intercontinental 1996.
Por otro lado, el Burrito volvió a contar cuál fue la razón por la cual decidió hacerse un tatuaje de River, en febrero de este año: “No es para vender humo. Me lo hice porque lo sentí y quería hacérmelo”. ¡Sos inmenso, jujeño!
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