River cayó ante Banfield y se aleja cada vez más de la pelea por el título

Hay partidos que dejan marcas, para bien y para mal. El superclásico es, sin lugar a dudas, uno de ellos. River llegó a este partido ante Banfield golpeado desde lo anímico, por la derrota ante Boca pero también ante las formas. El equipo del Muñeco prácticamente no pateó al arco en la Bombonera y necesitaba de un partido convicente, para volver a creer. Y qué mejor que este encuentro ante el Taladro, ante su gente y con un Monumental repleto, para meterse otra vez en la pelea por el título.

De entrada nomás, el Millonario pareció tomar las riendas del partido. Comenzó a manejar bien la pelota, tuvo algo de profundidad, sobre todo cada vez que Andrés Herrera subía por la banda derecha. Y generó algo de peligro. A los 6 minutos Bruno Zuculini capturó un despeje a medias en la puerta del área y sacó un derechazo mordido. Pocos minutos después, Nico De La Cruz apareció por la izquierda para sacar un tiro a colocar que se perdió por el segundo palo. Fueron las primeras insinuaciones del equipo del Muñeco.

Sin embargo, con el correr de los minutos ese dominio de River se diluyó. Comenzó a errar pases no forzados, a dividir algunos pelotazos y a perder duelos individuales. Y desde ahí creció Banfield, que llegó al Monumental con un libreto bien estudiado: recuperar el balón y salir rápido de contra, atacando los espacios. A los 24 minutos avisó Julián Palacios con un disparo cruzado que alcanzó a contener Armani. Un minuto después y tras un remate violento de Cruz que dejó temblando el travesaño, apareció Alejandro Cabrera para meter un zurdazo esquinado, que ingresó junto al palo.

El gol del Taladro sacudió a River, que perdió la paciencia que tenía hasta ese momento y erró casi siempre los caminos. El Millonario pareció depender de algún arresto individual de Solari, bien tomado por su marca en los primeros 45 minutos. La mejor jugada de River fue una maniobra que combinaron Palavecino y De La Cruz, que terminó con un zurdazo de Pala apenas desviado. Demasiado poco para un equipo que aspira a pelear por el campeonato.

En el complemento River cambió la cara. Mejoró sustancialmente desde el vértigo y la velocidad que le imprimió a cada ataque. Y con el correr de los minutos, fue metiendo a Banfield cada vez más contra su arco. A los 9 minutos llegó la primera chance clara en los pies de Santi Simón, que alcanzó a despejar Cambeses con una volada espectacular. El ingreso de Borja le dio al Millonario más presencia en el área, además de un delantero capaz de aguantar la pelota y asociarse con sus compañeros. En su prmera intervención, metió una asistencia para De La Cruz, que quedó mano a mano con el arquero del Taladro y terminó definiendo al cuerpo.

Pocos minutos después, el mismo Borja sería protagonista de la ilusión de River tras un centro preciso de Herrera desde la derecha y un cabezazo que, con alguna desviación en su hombre, terminó superando la estirada de Cambeses y se metió en el fondo de la red. Mericida la igualdad del Millonario a esta altura del partido, que con más empuje que fútbol jugaba en los metros finales del terreno y estaba convirtiendo al arquero del Taladro en figura.

Sin embargo, la alegría duró muy poco. River durmió en un lateral que se hizo desde la izquierda. Paulo Díaz y Elías Gómez dudador y le dieron la chance a Julián Palacios de controlar la pelota y definir con un derechazo cruzado, inatajable para Franco Armani. Otra vez un error defensivo que el Millonario pagó muy caro, justo cuando el equipo del Muñeco atravesaba su mejor momento en el partido.

En el tramo final del partido, River fue puro nerviosismo. Siguió buscando por el empuje de la gente, pero sin ideas claras. Banfield pudo sacar alguna contra que pudo liquidar el encuentro, pero River también tuvo en la última jugada del partido una chance inmejorable en los pies de Matías Suárez que alcanzó a desviar al córner el arquero Cambeses. La chapa final, con la derrota por 2 a 1, no hace otra cosa que reflejar el momento del equipo, dominado por el desconcierto y cada vez más lejos de la pelea por el bicampeonato en la Liga Profesional.

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