Llegar a mediados de octubre siendo el único equipo del país encaminado en tres competencias diferentes es motivo de orgullo. Más allá de algún desliz en el torneo local, el presente es bastante bueno, y ni hablar de todo lo valioso que significa este momento personal de Scocco, un tipo que mueve la red en casi todo lo que intenta hacer con la pelota. Pero se viene la parte más dura del año, y hay un par de situaciones que no me dejan del todo tranquilo. Por un lado, el hecho de observar que en defensa River no está ofreciendo las mismas garantías que arriba, y es por eso que más que nunca vamos a necesitar de mucho gol para poder soñar. Por el otro, que debido a lo mencionado anteriormente resulta muy peligroso depender casi exclusivamente de un solo delantero realmente confiable. En definitiva, que los goles de Nacho no tapen el bosque.
Les pido un favor antes de seguir leyendo este párrafo. Toquen la madera que tengan más cercana, o en su defecto el órgano del cuerpo izquierdo que corresponda según el sexo que tengan. Si no lo hacen los voy a considerar culpables si llega a suceder lo que voy a plantear a continuación. ¿Qué hacemos el día de mañana si Scocco se resfría y levanta fiebre? ¿De qué nos disfrazamos? ¿Con qué expectativa seria y justificada planteamos nuestras cartas de gol para poder ganar la Libertadores? Pensemos en las alternativas del plantel. La primera es Borré, quién se está adaptando de a poco y mostró algunos movimientos interesantes, pero que hasta el momento no ha pisado del todo fuerte. Y es lógico, porque apuestas que no sientan el peso del manto sagrado de la noche a la mañana como pasó con Alario salen una de cada mil. La segunda es Auzqui, quién por lo demostrado hasta acá si hay algo en lo que no se destaca es en su poder un poder de definición. La tercera es Larrondo, de quién solamente tenemos noticias malas, y que estira su vuelta hasta vaya uno a saber cuándo. La cuarta es Picazzo, que tiene 20 minutos en primera y una nula experiencia en todo sentido. Conclusión: estamos bastante en el horno si llega a ocurrir alguna desgracia con Nacho. Ahora sí ya pueden sacar sus manos de donde corresponda.
Sabemos que las opciones para incorporar son pocas. Tiene que ser argentino, estar participando sí o sí en la Superliga, y no debe haber disputado la Libertadores actual. ¿Por qué no Cvitanich entonces? Para mí la opción más tentadora. Encima tiene familia de River y puede amargar a Lanús para quedar bien con los de Banfield. Y no me vengan con el cuento que jugó en boca, porque con ese criterio les retruco con Maidana. ¿Por qué no Marco Ruben? Sabemos que no tuvo un gran paso por River, pero también es cierto que ahora está mucho más maduro y demuestra otra calidad. ¿Por qué no Franco Soldano? El pibe con mejor presente del torneo. ¿Por qué no Leandro Fernández? Quién por características y movilidad creo que se puede amoldar muy bien a las funciones que pide Gallardo para sus delanteros.
Eso es lo que pido. Aunque sea un intento por conseguir un préstamo de algún delantero, y devolverlo en diciembre bajo una cláusula que se pueda arreglar. Si después el jugador o el club de origen no quieren saber nada, mala suerte. Pero no podemos darnos el lujo de cruzar los brazos y ni siquiera poner una oferta arriba de la mesa por alguien que valga la pena. Queda claro que las chances de ganar la copa con este plantel y el Muñe al mando están latentes, pero considero que aumentaríamos mucho las posibilidades si Scocco tiene la herramienta a mano de jugar con un nueve de experiencia o de muy buen presente a su lado. Inclusive el mismo Nacho (que no es un centrodelantero típico de área) ya ha dicho más de una vez que no se siente un goleador de raza, más allá que tenga muchísimos recursos para convertir. Por eso, limitemos el margen de error para después no chocarnos la cabeza contra la pared, por favor.
La plata no sirve como excusa, porque entre Driussi y Alario hemos juntado euros como en ningún otro mercado de pases de nuestra historia. La negativa de Gallardo tampoco, porque el Muñeco la última vez que se refirió a este tema no cerró la puerta a que venga alguien, si bien dejó en claro que las dificultades para llevarlo a cabo son muy grandes. Pero lo cierto es que estamos a sólo cuatro partidos de poder volver a escribir otra página gloriosa e inolvidable. Cubramos todas las goteras que podamos tener. Siempre es mejor que sobre y no que falte.
PD: Ojo, se me había ocurrido que también podríamos traer a Benedetto o a Bou que no participaron en ninguna copa internacional en todo el año, pero después me acordé que jugar la Libertadores les quedó bastante grande en el 2016. Mejor busquemos por otro lado.
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