Los 180 minutos que se vienen frente al clásico rival serán dos partidos únicos e irrepetibles a nivel histórico. Y también seguramente serán diferentes en el desarrollo del juego, básicamente porque Boca modificó su manera de posicionarse tácticamente respecto a los clásicos que se disputaron en el año. Y Gallardo, fiel a su estilo, ya estará buscando soluciones para contrarrestar el nuevo funcionamiento xeneize.

En las dos semifinales ante Palmeiras, Barros Schelotto modificó el sistema. Del 4-3-3 vertical y punzante que solía mostrar pasó a un 4-1-4-1 más compacto y equilibrado. El colombiano Barrios parado de pivot neto por delante de la línea defensiva, Nández y Pérez más adelantados por el centro, y tanto Pavón como Villa jugando a la misma altura que ellos por las bandas. Como si fueran más volantes de ataque con llegada que delanteros netos, y retrocediendo permanentemente para ayudar en las marcas. Claramente se volvieron un equipo con menos presión alta, y más equilibrio que apuesta más a la tenencia y al contragolpe.

 

¿Por dónde se los puede lastimar? Siempre las pelotas cruzadas han sido redituables a las espaldas de los laterales, así como también la presión asfixiante cuando reciben los volantes o delanteros de espaldas para cortarles el ritmo y los circuitos de juego.

Asimismo, en las espaldas de Nández y Pérez suelen quedar espacios grandes si River recupera rápido y no los deja acomodarse. También será importante la precisión en las pelotas aéreas donde suelen tener problemas, y además será un muy buen recurso el tiro desde media distancia para poder superar a un Rossi que suele ofrecer rebotes extraños o malos posicionamientos.

¿En qué aspectos River deberá estar alerta? Sobre todo en el desequilibrio individual de los jugadores de ataque. Hoy por hoy la única duda del lado de enfrente pareciera ser Villa o Zárate, para acompañar a Pavón y Ábila. Si juega el ex-Vélez habrá que estar atentos a la gambeta y a evitar tiros libres cercanos al área por su muy buena pegada. El colombiano por su parte aportó mucha técnica y desborde desde su llegada, y por la otra punta Pavón es el que más rompe defensas con su velocidad final.

Respecto a los centrodelanteros, Wanchope es el que despierta más atención dentro del área que es donde mejor se mueve para encontrar siempre el lugar indicado. Y Benedetto seguro ingresará en la segunda etapa para tratar de lastimar con su media distancia y su despliegue en las cercanías de la medialuna.

Finalmente, poner mucha atención a Izquierdoz y Magallán en la pelota parada. Llegan muy firmes en carrera y hasta suelen cortinarlos para liberarles espacios. Los tiros de esquina le costaron derrotas recientes y muchos dolores de cabeza al River del Muñeco, y son errores que no pueden volver a repetirse en partidos que pueden definirse por detalles mínimos.

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