Mientras en las copas siempre es protagonista, el River del Muñeco continúa en deuda cuando afronta el torneo local. Los números desde que ganó la Libertadores en adelante son muy flojos en el fútbol argentino. ¿Cuáles son las razones?
La historia de River a nivel internacional tiene un antes y un después con Marcelo Gallardo. Multicampeón en el plano continental, así como vigente rey de la Copa Argentina, su otra cara de la moneda es un rendimiento pobre en los torneos locales. Con apenas 15 puntos en 12 presentaciones, El Más Grande está 13° en la tabla de posiciones actual y, a excepción del segundo puesto del Campeonato 2016/17, registra una estadística bastante floja en el ámbito doméstico luego de la inolvidable obtención de la Libertadores 2015.
Por la liga local, Gallardo lleva 107 partidos en River, con 48 triunfos, 33 empates y 26 caídas
Segundo del Torneo de Transición 2014, al mismo tiempo que luchaba exitosamente por la Sudamericana, River luego tuvo un andar muy irregular en el torneo local. Antes de conquistar América, era uno de los animadores del Campeonato 2015, pero el regreso de Japón, donde la primera estadía fue para disputar la Suruga Bank, cambió completamente la situación. El conjunto de Núñez relegó muchas unidades hasta terminar noveno, a 15 del Boca campeón.
El siguiente semestre tampoco resultó bueno: el certamen, de breve duración y con dos zonas que dieron a los finalistas, Lanús -campeón- y San Lorenzo, mostró una versión pobre de River, nuevamente noveno, pero en su grupo de 15 clubes, 19° de la clasificación general entre 30 equipos. Sumó 18 puntos, casi el 50% menos que el Ciclón (34). El registro dejó cuatro victorias, seis empates y seis caídas. Así dependió de la Copa Argentina para asegurarse un lugar en la Libertadores 2017.
Con el Muñeco como DT, River sumó 177 de los 321 puntos por el campeonato argentino, es decir el 55% de las unidades
Le temporada 2016/17 iba en camino a prolongar una crisis del Más Grande en el fútbol argentino, pero el River de Gallardo reaccionó de una manera impensada. Tras un semestre inicial bastante flojo y con la continuidad del Muñeco en jaque, la parte restante halló un sprint espectacular, ya sin la urgencia deportiva de ganar un título. Aunque la remontada no alcanzó para arrebatarle la vuelta olímpica al eterno rival, el Millonario finalizó en el segundo puesto y se metió en Copa 2018.
River fue subcampeón en dos de los cuatro certámenes que Napoleón dirigió desde el Torneo de Transición 2016
Ahora, luego de un comienzo con tres triunfos al hilo, River poco a poco cayó hasta encontrarse con este presente alarmante. Si bien se mantuvo invicto en las primeras seis fechas, tres empates consecutivos le hicieron perder terreno y después sufrió cinco caídas en las últimas seis presentaciones. Decimotercero y con un partido más que cinco equipos, está a 12 unidades de Boca, no lo volverá a enfrentar y, lo que realmente es peor, ni siquiera está en zona de acceso internacional.
Aunque cueste hacerle una crítica a Napoleón -la confianza del hincha en general hacia él está intacta-, la realidad es que el torneo local es su batalla de Waterloo. ¿Los motivos? Dos principalmente: muchas veces no fue prioridad por pelear a nivel internacional o buscar la Copa Argentina sí o sí, ésa es la principal razón, mientras que la otra tiene que ver con una cuestión de preparación, debido a que los jugadores no tienen la misma exigencia que demanda una instancia de todo o nada.
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