River sintió y mucho la ausencia de Alario. El Millonario metió sólo cuatro goles en igual cantidad de partidos desde la lesión del delantero, quien fue la figura excluyente en dos de las tres victorias post viaje a Japón antes de lesionarse.
Cuando arribó a Núñez por mediados de julio sonó a una apuesta a futuro, pero instantáneamente demostró que sería importante. Lucas Alario comenzó con el pie derecho y se transformó en una figura casi indispensable para River.
Por eso, la ausencia del delantero luego de sufrir la luxación del hombro fue difícil de suplir para La Banda, que lo extrañó muchísimo y contó con la cuota goleadora.
Luego de ser fundamental para ganar la Copa Libertadores, Alario fue figura casi excluyente de los triunfos ante Nueva Chicago -triplete- y Liga de Quito -metió el primer gol-, dos de las tres victorias que obtuvo River hasta enfrentar a Chapecoense (la otra fue contra Crucero del Norte).
Desde que se lesionó, River sólo metió 4 goles en igual cantidad de partidos oficiales (sin contar el Superclásico amistoso): tres contra los brasileños y uno ante Aldosivi. Frente a Independiente y Defensa y Justicia, el Más Grande cayó sin poder anotar.
Con Javier Saviola en levantada, pero sin gol, Marcelo Gallardo debió apoyarse en delanteros que no son referencia de área, como Rodrigo Mora, para sostener el sueño en la Copa Sudamericana. El miércoles, en Brasil, la espera podría terminar y River recuperaría a una pieza clave para seguir a paso firme.