Final de Copa Libertadores. El partido de ida en La Bombonera venía con un buen ritmo para River, que se imponía en territorio rival y hasta contó con varias chances de gol que fueron desviadas por el (entonces) arquero de Boca, Agustín Rossi.

En varias de estas oportunidades participó Rafael Borré, quien se mostró muy activo pero fue protagonista de un suceso que lo marcó hasta el día de hoy: alcanzo el límite de amarillas y no pudo jugar la vuelta que, en principio, sería en el estadio Monumental.

Fue allí cuando el colombiano sintió un vacío que intentó relatar de la mejor forma en diálogo con ESPN: “Que sólo yo me perdiera la final… En el partido que se suspendió, estaba en la concentración solo, con los cocineros, fue un momento difícil“.

“Ahí me vine abajo, me destrozó. Viendo el marco, cómo estaba el estadio, no poder estar en el vestuario, ahí me di cuenta”, confesó el atacante, quien continúa lamentándose hasta el día de fecha.