Diego Tarnovsky es acaso uno de los hinchas que más felices fueron en toda su historia. No sólo por lo que River les dio en todo este tiempo,sino por haber logrado (también) el deseo de cualquier fanático: convertir el gol del Pity Martínez a Boca. Sí, con el arco vacío y ante la mirada de todo el estadio Monumental, este fanáticoresignó los 25.000 pesos de un sorteo para correr hacia el arco que da a Figueroa Alcorta.

Tenía que meter la pelota desde el medio, sí,y la metió pero corriendo como el mendocino. Y tras lo acontecido, este hincha habló en exclusiva conLPM Radio: “Nunca me imaginé que iba a tomar tanta repercusión, pero bueno. Me di un gustazo, fue el sueño del pibe”.

“Concretamente, se me ocurrió el día que jugamos con Defensa y Justicia. Yo ya había ganado varios sorteos de esta entidad bancaria pero nunca pateando desde mitad de cancha. Y bueno, estaba sentado en el entretiempo, estaba el sorteo y bueno. Dije: ‘si algún día gano, hay que emular el gol del Pity y que no importe nada‘”, sentenció Diego.

A su vez, Travnosky aseguró que nadie sabía lo que iba a hacer. ¡Ni sus amigos! “Estaba todo planeado, busqué ser el último. Tenía la camiseta, tendría que subir el video original que lo tengo yo solo. Mente fría, yo no hablaba, estaban todos emocionados y yo no hablé ni una palabra. Cuando el locutor me da el okey,yo arranco y la verdad iba mirando al piso para que no haya algún pozo y se me corra la pelota“, confesó.

“Cuando estoy entrando al área, levanto la cabeza y empiezo a ver que la hinchada empieza a gritar. Metí el gol y todos empezaron a aplaudir, fue espectacular“, recordó este fanático,quien también reconoció que las autoridades del certamen le hicieron la cruz: “La caripela de los organizadores era terrible, me querían matar todos. Pero, a su vez, los de seguridad venían y me abrazaban. Zafé justito. Creo que estoy prohibido de por vida en el concurso. He participado en muchos y la verdad que son de diez, son espectaculares. Lamento haberles fallado en esta oportunidad, pero era algo para mí: nadie sabía“.