El estadio lució sin alambrados en la zona de las cabeceras bajas, permitiendo una mejor visión para los hinchas. Si bien hubo polémica por la colocación de las banderas, cada estandarte pudo ocupar un espacio como es habitual.

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Toda la atención en materia estructural estuvo puesta en el campo de juego, irregular, aunque bien “maquillado para salir a la noche”, tal como bromeó Marcelo Gallardo luego de ser consultado por La Página Millonaria en conferencia de prensa. Sin embargo, la verdadera novedad fue que la parte inferior de las tribunas cabeceras lució sin el alambrado que durante tantos años causó incomodidades visuales.

Pese a que existió polémica en torno al destino de las banderas colgadas en la zona del tejido, cada estandarte tradicional ocupó un sector tanto en la Sívori Baja como en la Centenario Baja. Unos metros abajo, en la pista de atletismo, hubo vallas para impedir que alguien tuviera éxito en caso de intentar llegar al campo.

La decisión de retirar los alambrados se venía analizando hace años en la dirigencia e incluso también se barajó la posibilidad de sustituir los asientos de madera por butacas modernas. El problema de esto último es que se requiere de una evaluación detallada por diferentes razones de capacidad y escalonamiento.

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