A lo guapo, a pura presión, a pura intensidad. Así Julián Álvarez puso el 2-0 de Argentina frente a Australia en los octavos de final del Mundial, gol que terminó siendo aún más importante cuando el rival descontó faltando poco para el final del partido. Todos los ojos y los flashes de las cámaras se fueron con Messi y la atajada del Dibu Martínez, y está perfecto, pero el nivel que volvió a mostrar la Araña fue para aplaudir un rato largo.
Había presionado durante todo el primer tiempo, no tanto por orden colectiva sino por puro ímpetu e iniciativa propia, y tanto insistir trajo recompensa, porque en el complemento De Paul lo acompañó a asfixiar al arquero Ryan, el ex River robó y a cobrar. Rápidamente, muchos hinchas del Más Grande encontraron similitudes entre este gol y otros dos que ya había hecho con el Manto Sagrado hace no mucho tiempo, uno contra Colo Colo en Alianza Lima y otra con Patronato en la Liga Profesional.
En el recordado 8-1 sobre Alianza Lima a principios de año en fase de grupos de la Libertadores, Julián, que esa noche se despachó seis tantos, olfateó que el pase para el arquero iba a quedar corto, forzó el error, se la birló y definió, esa vez sin ayuda de ningún otro compañero. A fines de 2021, en una de las tantas goleadas sobre Patronato (esta vez 5-0), el tercero de la Araña tuvo las mismas características: darse cuenta que el arquero se va a equivocar, robar y definir sin titubeos con el arco libre.