No podía ser de otra manera. La peor copa Libertadores a nivel organizativode la historia del fútbol tenía que contar con todos los problemas e irregularidades hasta en la venta de entradas del último partido de la competencia.

Dejando de lado la primera gran locura que fue trasladar lafinal a España, y encima permitir público de ambos clubes para alimentarsus bolsillos, resultairrisorio que solamente 5000 hinchas de Riverque viven en Argentina tengan a disposición un ticket de manera exclusiva.

Además, aún no queda claro cual será el camino para poder conseguir las entradasde la gente de nuestro país, porque el comunicado oficial habla de que deben ser los clubes los que se encarguen de la metodología final para aquello. No sólo son ineficientes, sino que además desligan responsabilidades.

Sin embargo, la gente que vive en el exterior (que no necesariamente será simpatizante del Más Grande) cuenta con una modalidad ya asegurada y mucho más sencilla por la página de internet de la Conmebol. Agregando el detalle dque las entradas para el público extranjeroduplican en cantidad a las repartidas para la gente de acá (20000 contra 5000, un absurdo).

A toda la bronca y angustia que aqueja al hincha de River en estas horas por el cambio de localía, se le suma semejante embrollo a la hora de tratar de conseguir una ubicación para la final. Desde el sábado pasado en adelante ha sido un golpe tras otro a la ilusión y a la pasión.

Y para completar el bingo, el Real Madrid informó que sus socios tendrán un cupo limitado y exclusivo para la final, que ya se pondrán a la venta este domingo. Una payasada sin precedentes que sólo deja en claro el negocio que fue para ellos el circo que han armado.

Es que todo el combo organizativo de venta de entradas está a la altura de la Conmebol. Esa altura subterránea y decadente, como la que han mostrado a la hora de cada decisión lejana al sentido comúndurante toda la copa. Rompieron y mancharon la Libertadores, de principio a fin.