El martes de la semana pasada estábamos terminando el programa cuando llega la noticia de que Maidana podría irse de River. Si bien hacía un tiempo que se venía rumoreando, todavía no había nada en concreto. Hasta ese martes. Toluca hizo una propuesta y esto era un hecho, ya no una suposición.
El primer impacto en los hinchas fue de dolor, nadie pensó que era un jugador que hacía un tiempo no estaba rindiendo como solía hacerlo, que no había jugado ni el Superclásico de verano, ni la primera fecha del torneo local. Nadie pensó ‘quizás es hora’. Automáticamente las redes sociales fueron el muro de los lamentos de los hinchas de River. Una autoconvocatoria a pedir por el jugador, para que no se vaya, para que se quede en nuestro club. Diciéndonos a nosotros mismos, a Gallardo, a la dirigencia, al propio equipo mexicano, lo importante que es Jonatan Maidana para River. Lo indispensable que es ese guerrero defendiendo el arco del Monumental.
Así que las redes se llenaron de ofrendas, promesas, juramentos, deseos, lágrimas, fotos, videos, recuerdos. Todo sobre él. A nadie le importaba que el defensor no estuviera pasando por su mejor momento, porque a todos nos importa todo lo que nos dio. Porque el hincha agradecido se acuerda de todo, y de lo bueno por sobre todo.
Si íbamos a dejar que un tipo como Maidana se fuera, si íbamos a dejar tan fácil que un equipo de afuera se lo llevara, a ese tipo, a nuestro tipo, entonces quizás hubiera sido un error bastante caro.
Porque si un tipo que vino al club y en el peor momento de éste decidió quedarse, y puso todo de sí para sacar al equipo adelante y para devolverlo a donde debía estar de verdad, tomaba la decisión de irse y le dábamos el visto bueno así como así, ¿entonces qué queda para los demás?
El sentido de pertenencia es lo que hace que te sientas propio de un lugar, de sus olores, sus sabores. Es como tu barrio, podés estar en otro continente durante mucho tiempo, conociendo y viviendo otras culturas, otros idiomas, pero sin embargo esa cuadra va a ser siempre irreemplazable, va a ser el lugar donde te sientas vos mismo, donde no tengas que explicar nada de lo que hacés ni cómo lo hacés porque todos te entienden, porque todos hacen lo mismo. Eso es River para Maidana, su cuadra, su barrio. De donde es.
Por eso siempre está, y lógicamente como todos en algún momento puede empezar a fallar, a no ser el de siempre. Pero la diferencia está en seguir intentándolo, en no bajar los brazos. La diferencia estuvo en que fue humilde y supo reconocer no estar en su mejor momento, entender si no va a jugar y aceptarlo.
Inmediatamente al otro día Gallardo salió a comunicar cómo estaban las cosas respecto al jugador, todo ese dolor y esa incertidumbre en los hinchas se disipó muy rápido. ‘No queríamos que se vaya. Lo considero como un jugador fundamental esté o no dentro de la cancha. Dentro de nuestra estructura, yo quiero más jugadores como él’, le decía Marcelo a los medios, y por supuesto, a los miles de hinchas que estaban atentos y ansiosos mirando del otro lado.
Maidana se quedaba, y con él la alegría de todos. Todavía tiene mucho para dar, para enseñar, para mostrar. Ese guerrero imparable todavía puede dar pelea, ‘está en condiciones de luchar para ganarse un lugar o para exigirles a los de adentro que no bajen el nivel y se sostengan, porque atrás está él’, sentenció el DT del más grande. Y es que claro, este luchador no se las va a hacer tan fácil, va a estar detrás de los más jóvenes, de los más nuevos, jugando una carrera demostrándoles que todavía está a la altura de este club, que tiene hambre de ganar, que es un depredador. Y más vale que corran.
Gracias Jony, por siempre elegir River. Qué alivio que aún seas nuestro.
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