El juvenil santafesino jugó su primer partido oficial en la Primera de River y demostró grandes condiciones. Encarador y con mucha potencia, el santafesino sería una de las apuestas de Gallardo.
Una buena impresión dejó Lucas Boyé, el joven de 18 años oriundo de San Gregorio que tuvo en Salta, ante Ferro, su debut en la máxima categoría de La Banda. En el primer encuentro en el banco de suplentes, Gallardo apostó por el pibe que, en sus intervenciones demostró cualidades técnicas y tácticas.
En primer lugar, por su porte físico, el atacante categoría 1996 bajó varias pelotas de espaldas al arco y abrió el juego para los costados, demostrando efectividad y capacidad de creación. Pero, además, se animó a encarar y a gambetear rivales, otorgándole otra buena característica a su juego.
Como contrapartida, le costó generar peligro cerca del área rival, pese a que lo intentó fundamentalmente en el primer tiempo. En definitiva, el joven tuvo un gran debut y sería una de las apuestas del Muñeco en su primera etapa como entrenador de River.
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