El Pelado explicó que, si no lograba el objetivo con el Millonario, no hubiera vuelto a entrenar. Dijo que en Núñez no le dieron tiempo para implementar una idea de juego y reconoció que le gustaría regresar al Más Grande algún día.
Pasaron cuatro años desde que se terminó la temporada más dura de la historia de River, en la que un plantel repleto de presiones logró la vuelta al lugar del que nunca debió haberse ido el Más Grande. Y, pese al tiempo, Matías Almeyda recordó aquella campaña.
El Pelado habló con Canchallena y explicó la decisión que tomó, junto al expresidente del club, para liderar a La Banda: “Passarella se la jugó. Me podría haber dicho ‘mirá, la gente y el periodismo me van a matar’. Él me vio muy seguro y me apoyó. Si yo no ascendía con River, obviamente que no dirigía más. Nadie me iba a contratar o a tener en cuenta. Y para Passarella hubiera sido otra mancha más como presidente”.
“Es que fue muy duro ese año, de gran tensión, con muchas críticas. Si ganábamos 7-0 era porque no habíamos jugado contra nadie, y si perdíamos era un caos. Sólo perdimos seis o siete partidos, hicimos más de 100 goles… Me quedo con que cumplimos con el objetivo, que River volvió al lugar que debía estar”, agregó.
¿Por qué se vio un estilo de juego más ofensivo en el Banfield de Almeyda? “En River no me dieron tiempo. Era mi primer año como entrenador, en la B Nacional, con todo lo que implicaba ese contexto. Fue muy fuerte, en serio. Tenía que entrenar a ex compañeros… Hay que ver quién volvería a hacer algo así. Yo me jugaba todo mi futuro como entrenador. Después, ya en Primera, arrancamos con pocos jugadores. Iba a ser un semestre para estabilizarse. La proyección era desde diciembre, y bueno, no llegué, lo fueron a buscar a Ramón (Díaz). Mi sistema de juego nunca lo pude concretar. En Banfield me dieron la oportunidad y por medio del estilo en el que creo marcamos diferencias con los rivales”, opinó.
Consultado por la relación con la gente, el hombre nacido en Azul sólo tuvo palabras para agradecer el cariño: “El hincha tiene el recuerdo de cuando era jugador. Sabía que no era muy exquisito con la pelota, pero la camiseta la defendía a muerte, pero a muerte de verdad. Yo le había costado cero peso al club y cuando me vendieron a Sevilla fue por una cifra millonaria. Después está la vuelta a los 35 años, en un momento muy complicado, el hincha lo valora un montón eso. Siempre hubo un cariño especial. Yo soy un eterno agradecido al hincha de River. Por eso lo llevo en el corazón”.
Almeyda sueña con un segundo ciclo como técnico del club. “Sería lo ideal, pero por algo me tocó estar en ese momento. Me sirvió un montón, fue un gran aprendizaje. Ese año equivale a cuatro o cinco en otros equipos. Sufrí porque sabía que lo único que servía era ganar, todo el tiempo bajo una presión terrible. Ahora me pone contento que cada entrenador que llega a River lo agarra en un mejor momento, más organizado, que no pase por las que pasé yo”, concluyó.
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