Más allá del triunfo de River en los octavos de final de la Copa Argentina, que era el objetivo principal, el equipo de Marcelo Gallardo volvió a mostrar falencias en el juego colectivo. Esa irregularidad preocupa al entrenador, ya que en varios partidos sus dirigidos quedaron en deuda.
Con pocas situaciones claras de gol, el Millonario otra vez generó menos de lo esperado en relación con el tiempo de posesión que tuvo durante los 90 minutos. Una tendencia que se viene repitiendo en los últimos encuentros.
Los problemas ofensivos de River
La falta de eficacia en la finalización de las jugadas es una de las principales preocupaciones. Si bien Gallardo confía en que esto puede mejorar, él mismo reconoció que hoy por hoy el equipo está “en cinco puntos”.
El principal problema para River pareciera ser como encontrar los espacios necesarios para poder terminar una jugada frente al arco. Si se hace memoria, son muy pocas las chances en las que el Millonario queda mano a mano con el arquero rival.
Esto se debe a que se traslada tanto la pelota que se le permite al contrincante posicionarse correctamente en su zona de confort. No hay dinámica ni velocidad que le permita al Millonario poder llegar con sorpresa al área para terminar de lastimar.
Distracciones defensivas que pueden ser fatales
A esto se suman errores defensivos que dejan al equipo muy expuesto en el retroceso. La tenencia prolongada genera espacios que los rivales aprovechan con transiciones rápidas, como ocurrió en la última jugada ante Unión, cuando Palavecino quedó solo frente a Franco Armani.
Si bien estos detalles generan preocupación en Gallardo, la realidad es que River se mantiene en una irregularidad que, al menos, no lo ha llevado a perder con frecuencia: apenas suma dos derrotas en 39 partidos. Ese respaldo estadístico le permite al DT confiar en que la mejora llegará con el tiempo.
