River atraviesa una crisis futbolística hace ya un largo tiempo. Salvo por algún resultado excepcional, la realidad es que Marcelo Gallardo no le encuentra la vuelta y él mismo lo reconoció en conferencia de prensa luego de perder con Riestra. A tal punto que por primera vez en sus casi 10 años como DT del Millonario, los hinchas empiezan a cuestionar sus decisiones.
El amor, su historia y su idolatría no están en juego, y el Monumental se lo hace saber cada domingo. Aún cuando el equipo es silbado, el “Muñeeeco, Muñeeeco” sigue bajando desde las tribunas. “Yo soy muy agradecido del cariño de la gente y más en estos momentos adversos”, dijo. Y bien ganado lo tiene.
Sin embargo, River no juega bien, no gana los partidos importantes, no representa ni está a la altura de sus hinchas. Y en ese descontento general cada vez más grande producto de las sucesivas frustraciones, lógicamente Gallardo no sale exento. Sobre todo por ciertas decisiones, puntualmente con algunos futbolistas.
Gallardo insiste con jugadores reprobados por el hincha
Más allá de los gustos subjetivos, las opiniones o las visiones, nadie puede discutir sobre táctica, independientemente de si algún planteo no sale bien o si aquel Gallardo que sorprendía a último momento y ganaba la pulseaba desde el vestuario ya no se está viendo. Pero sí se pueden discutir las reiteradas presencias de quienes demuestran no dar la talla para vestir el Manto Sagrado o de quienes ya cumplieron un ciclo.
Si apostar por Armani cuando no atravesaba un buen momento y la gente pedía a Ledesma terminó siendo un pleno porque el Pulpo es la figura de River en este 2025, la historia no parece repetirse con jugadores como Enzo Pérez o Nacho Fernández.
El agradecimiento con ellos será eterno pero el hincha pide renovación. Enzo es ídolo y bandera, pero a sus 39 años no parece estar apto físicamente para ser el 5 de River. Por su parte, el balance general del segundo ciclo de Nacho es malo, pese a aislados buenos pasajes.
En la misma línea, la insistencia con Paulo Díaz, quien hasta hace no mucho supo ser el mejor zaguero de River pero que hace rato perdió su buen nivel y es mirado de reojo, llevó a que el Monumental lo silbe ante Riestra. Algunos hinchas lo catalogan como “la cara de la derrota”, y si bien el técnico no puede dejarse llevar por eso, lo cierto es que el chileno también parece haber cumplido un ciclo.
Caso similar al de Borja, con un monstruoso primer semestre en 2024 y buenos números (61 goles en 153 partidos), pero un presente paupérrimo. El año del colombiano ha sido pésimo, convirtiendo poco y errando mucho, sobre todo en momentos claves. Mismo, la elección de refuerzos como Galarza Fonda o Castaño, quienes llevan poco tiempo en el club pero por ahora no dieron pie con bola.
Juanfer Quintero y los pibes, el pedido de los hinchas a Gallardo
Además de los planteos, los resultados, el carácter del equipo, el mal funcionamiento y la elección de refuerzos, el otro aspecto que la gente cuestiona son los cambios. En esa mencionada insistencia con jugadores que no rinden, quedan opacados juveniles que no te van a salvar pero sí merecen su chance.
Post Mundial de Clubes, Gallardo empezó a darle rodaje a Lencina, Juan Cruz Meza, Subiabre y Lautaro Rivero (hoy, uno de los pocos que se salvan), más alguna otra aparición aislada como Dadín, Costantini, De la Cuesta, etc. Pibes que, aún sin ser fueras de serie como Mastantuono, demuestran hambre, rebeldía y personalidad. Como Lencina entrando en San Pablo ante Palmeiras.
Y el indiscutido en este flojo River es Juanfer Quintero. Aún con sus limitaciones físicas, parece ser el único capaz de hacer jugar al equipo y mostrar algo diferente. Que no sea titular en la ida ante Palmeiras, donde con solo un ST fue figura, y que salga en la primera ventana de cambios en la revancha, pese a que había sido el mejor en ese PT, fueron dos decisiones cuestionadas del DT.
