Hace unos días, el 7 de octubre, se cumplió un nuevo aniversario de la victoria de River a Boca por 2-0 en el Estadio Monumental, por el Torneo Apertura 2007. Ese partido no solo es recordado por el resultado, si no también por haber sido un baile espectacular. Lo que ha quedado en el olvido es que quien recibió el inolvidable caño de Ariel Ortega tuvo una historia ligada al Millonario. Acá te recordamos lo que pasó con Gabriel Paletta.
El defensor debutó en Banfield en 2005 y tuvo una muy buena temporada, sumando 47 partidos y llegando a convertir 6 goles. Una presentación de este tipo logró llamar la atención de River y a principios de 2006 inició gestiones para incorporarlo. La operación estaba destinada a cerrarse por unos 3 millones de dólares y antes de concretarse fue anotado para la Copa Libertadores con el dorsal número 6. Si bien había avances, el jugador declaraba: “Todavía no soy jugador de River”.
Todo estaba yendo por buen camino, pero minutos antes del final del mercado de pases de ese momento el pase se cayó. ¿El motivo? El dinero para la transferencia venía de un grupo empresarial, pero una de las partes hizo lo posible para frenar la negociación. Según Infobae, el responsable habría sido Mauricio Macri, presidente del eterno rival en ese entonces, al divulgarse que sería propietario del 20% de los derechos económicos del futbolista.
Paletta volvió a River, pero como rival y recibiendo un baile histórico
Después de no concretarse el pase, Paletta terminó siendo vendido al Liverpool de Inglaterra. Sin lugar en la Premier League, llegó a Boca a mediados de 2007. Su reencuentro con el Millonario fue en el Superclásico del Torneo Apertura del año mencionado en el Estadio Monumental. Allí, sufrió el inolvidable caño de Ariel Ortega que quedó enmarcado en la memoria de los hinchas.
El partido fue un baile completo de principio a fin, con el Millonario manejando la pelota todo el partido y el Burrito manejando los hilos del juego. El primer tanto del equipo dirigido técnicamente por Daniel Passarella en ese momento lo hizo Radamel Falcao García. Luego, quien apareció en escena fue nada más y nada menos que Paletta, cometiéndole un penal a Diego Buonanotte.
Ortega fue el encargado de ese penal, el cual fue atajado por Mauricio Caranta en primera instancia. Sin embargo, estaba varios pasos adelantado y el árbitro Héctor Baldassi repitió la jugada. El Burrito eligió el mismo palo para marcar el 2-0 definitivo. A 17 años de este Superclásico inolvidable, recordamos una historia particular de River con Paletta, quien pudo haberse puesto el manto sagrado, pero por motivos externos no se dio y terminó siendo protagonista de un baile eterno.