No solo River sufre los daños causados por el paso del empresario Foster Gillett, en las últimas horas denunciado por el Millonario, sino que clubes que se entregaron a las promesas del empresario estadounidense padecen también futbolísticamente como es el caso del uruguayo Rampla Juniors que, tras ser comprado en febrero por el Grupo Gillett, sufrió un apabullante 0-8 en su debut.
Apenas adquirido por Gillett en diciembre pasado, intervención mediante de Guillermo Toffoni, Rampla Juniors se reforzó con nuevos jugadores y cuerpo técnico, pero la inversión no se tradujo, al menos en la presentación, en una mejora deportiva. Entre los nombres que llegaron a Uruguay aparecen dos ex Boca que fueron protagonistas del 0-8: Julio Buffarini, quien llegó como refuerzo del plantel, y Leandro Somoza, contratado como entrenador del equipo.
El desembarco de Foster Gillett en Rampla Juniors de Uruguay
En diciembre pasado, los socios del Rampla Juniors aprobaron la conversión del club a Sociedad Anónima Deportiva mediante una asamblea que formalizó el acuerdo con el empresario estadounidense Foster Gillett.
El ex Boca que se deshizo en elogios con Foster Gillett
Leandro Somoza, entrenador de Rampla Juniors, declaró: “Foster Gillett es un apasionado del fútbol. Podes estar hablando con él entre 4 y 5 horas de todo. Sabe todo de cualquier parte del mundo. Es muy difícil lograr lo que se logró en tan poco tiempo. En cuatro o cinco días se consiguió un predio, un gimnasio, ropa para entrenar y firmaron 16 jugadores”.
Consultado sobre el impresentable paso de Foster Gillett por la Argentina, Somoza expresó: “¿Lo que pasa en otros países? Estamos totalmente en otro plano. Desde que asumió este compromiso las cosas fueron muy bien. Esperamos que siga por este camino”.
Pese a los dichos de Somoza, el debut en la Serie B de su equipo fue catastrófico: 8-0 como visitante de Colón. El marcador dejó al “Picapiedra” a un gol de igualar su peor derrota histórica, ocurrida en 1932 ante Peñarol.
