El 6 de abril de 1986 no fue un día más para River, sino que quedará para siempre como uno de los días más importantes en la historia del club. En La Bombonera, y luego de haber conquistado el Campeonato 1985/86, el equipo del Bambino Veira dio la vuelta olímpica en la cancha del máximo rival, y ante una marea de hinchas propios que colmaron dos bandejas del estadio.

El Millonario se había consagrado semanas atrás, en la fecha 33 frente a Vélez. Duelos ante Gimnasia y Deportivo Español de por medio, el Más Grande tuvo que visitar a Boca en el marco de la trigésimo sexta jornada. Durante los días previos, todos los focos estaban puestos en la posibilidad de que River diera la vuelta olímpica en La Bombonera.

“Nosotros sentíamos que teníamos que dar la vuelta ahí porque habíamos salido campeones, hablábamos con la hinchada y nos decían que la teníamos que dar. Nos juntamos unos días antes y dijimos ‘tenemos que darla, tenemos que darla’”, recuerda Claudio Morresi hoy en día en una entrevista exclusiva con La Página Millonaria.

Acto seguido, Morresi dio detalles del contexto: “Íbamos en el micro y escuchamos por la radio ‘detienen a un hincha de Boca con un matagatos’. Llegamos, en ese momento el micro entraba por dónde está la 12, que si van por la parte interna se asoman. Antes existían unas barras de hielo que parecían un fierro de 20 kilos, la tiraron desde la segunda bandeja y pegó en el techo de micro. Dijimos ‘uhhh qué pasó’”.

“Llegamos con ese clima, bajamos del micro, ‘lo vamo’ a matar, lo vamo’ a matar’, cantos así. Eso al jugador lo agranda. Que te escupan en un córner los contrarios, te agranda”, continuó Claudio, figura en aquel campeonato. Para ese entonces, los jugadores le pusieron fin a las dudas y decidieron dar la vuelta olímpica en la cancha del eterno rival.

La vuelta olímpica de River en La Bombonera

Cuando el equipo, encabezado por el Tolo Gallego, el capitán, pisó el campo de juego antes del partido, los jugadores empezaron a trazar la vuelta. “El Tolo empieza a dar toda esa diagonal para dar la vuelta. Hay sobre el final unos metros que me acuerdo que gritábamos ‘sigamos, sigamos’ pero menos mal que doblamos porque era una lluvia de piedras. Digamos que hicimos un 80% de la vuelta olímpica”, recordó Morresi.

“Mi viejo estaba en la tribuna ese día, la felicidad de la gente se día… Es lo máximo que uno puede lograr con el rival, concluyó quien a día de hoy admite haber sido uno de los mejores socios de Enzo Francescoli adentro de una cancha.

Un partido para la historia

Con la vuelta olímpica ya completada, el histórico e inolvidable Superclásico de la pelota naranja tuvo su inicio. “Fue un partido duro”, recuerda Claudio, quien fue titular en aquel partido de la fecha 36. “Pumpido atajó un fenómeno ese día y el Beto que hizo dos goles besándose la camiseta”, continuó.

En el primer tiempo, con la pelota Tango naranja, Alonso puso el 1 a 0 y desató la locura de la gente del Millonario. Atrás, Pumpido tuvo una actuación colosal para evitar la igualdad de Boca. Finalmente, en medio de un espeso clima en La Bombonera, el Beto, ya con un tradicional balón blanco, puso el segundo para River.

Aquel enfrentamiento del 6 de abril de 1986 quedará para siempre en la historia como uno de los más importantes de la historia del club. El Millonario campeón, una vuelta olímpica en la cancha del máximo rival y una coronación especial con un inolvidable triunfo superclásico con el Beto Alonso como figura.

La entrevista completa a Claudio Morresi