Nos quedamos con las ganas de un nuevo triunfo en casa. Había un gran clima de clásico con las 90 mil personas en las tribunas que deseaban conseguir una tercera victoria consecutiva para llegar a los 9 puntos y de esa manera darle continuidad a un momento deportivo que despertó cierto entusiasmo y que pretende dejar atras un pasado irregular. Lamentablemente no se pudo y otra vez la actuación del equipo despierta alguna duda luego del opaco 0 a 0 frente a San Lorenzo.

River lo buscó

Lo primero que hay que decir es que buscó ganarlo. Salió al campo de juego con esa idea clara y decidido. Lo intentó pero no lo consiguió. El equipo tuvo espíritu. Como bien marcó su entrenador en la conferencia de prensa, River se hizo presente desde el caracter y la entrega. Metió, corrió y empujó como exigía el tramite del partido y también esta camiseta. El problema es que faltó la otra parte: el buen fútbol. A River claramente le faltó juego. Careció de ideas y creatividad con la pelota. La tuvo, la manejó pero no fluyó ni elaboró el juego necesario para crecer, superar y merecer la victoria. No generó demasiado peligro en sus acciones como para lastimar a un rival que implementó su estrategia y le salió tal cual lo habia pensado. San Lorenzo hizo un partido inteligente y lo llevó a River a jugar de esa manera. Nos quedamos en ese ímpetu para pelear, luchar y trabar. Eso se valora, pero no apareció ese nivel futbolistico y tecnico necesario para superar a un equipo con sus limitaciones y problemas a cuesta se fue sintiendo comodo con el desarrollo del encuentro. Mas allá de algún tramo del partido favorable o de periodos con buenos minutos, River nunca lo pudo arrinconar ni doblegar al equipo de Damian Ayude.

Juanfer hizo su debut en River anoche ante San Lorenzo. Foto: Getty.

Mostró ganas. No le escapó a esa exigencia física que propuso San Lorenzo durante los 90 minutos asimilando su inferioridad futbolística y la escasez de sus recursos. En ese rubro nada para reprochar. Todos jugaron en serio y dejaron lo que tenia en cada pelota dividida. Se notó el esfuerzo individual y colectivo de un equipo que desde el espíritu intento compensar su mala tarde a nivel juego. Empujó Gonzalo Montiel. Lo mismo hacían los dos centrales aun con algunos de sus errores ya habituales. Marcos Acuña confirma su levantada y otra vez fue un punto alto de River. Enzo Perez fue el mejor aún cuando el VAR encontró un OffSide que le impidió conquistar un verdadero golazo. Matías Galarza en la primera pelota ya fue a trabar al piso mostrando estar dispuesto al esfuerzo. Kevin Castaño, aun errático, corria y aparecía por todos lados. River jugaba con el corazón pero sin el cerebro. Porque fallaba en los pases hacia adelante. Le faltaba claridad. No tenía gambeta ni uno contra uno. Y caía con cierta facilidad en la trampa defensiva que el Ciclón le proponía a los delanteros de River. No apareció esa contundencia de los anteriores partidos ni tampoco las llegadas con sensación de gol. La temprana lesión de Maxi Salas posiblemente sea una explicación a este tema. Miguel Borja es el contraste en energía y voluntad. Su estilo pasa por otro lado y River perdió fuerza en ofensiva. Tampoco le funcionaron Facundo Colidio y Santiago Lencina y todo eso atentó contra ese equipo agresivo y voraz en el cual nos intentamos convertir para esta segunda etapa del 2025.

Cambios que no cambiaron

Los cambios tampoco le rindieron al Muñeco. Entró mal el Pity Martinez en esa buena idea que era ubicarlo sobre la izquierda para que imponga sus atributos en los últimos metros. Salvo en raras excepciones su gambeta no prospero y su habitual buena pegada no acertaba con los centros. Volvió Juan Fernando Quintero con toda esa ilusión y expectativa que provoca verlo otra vez con la 10 de River. Pensó, la pidió, intentó conducir pero lo hizo desde muy atrás. No peso cerca del área pero hay que reconocer que de su maravilloso pie izquierdo salió una gran asistencia en el último minuto para que Giuliano Galoppo defina de cabeza solo frente al arco. Era el gol del triunfo que haría explotar al Monumental de felicidad, pero el ex hombre del San Pablo le apuntó al arquero y arruinó la situación mas clara del partido.

En formación

River esta en formación con la llegada de sus refuerzos y la inclusión evidente de muchos chicos. Por supuesto que hay paciencia y se sabe esperar. El funcionamiento deseado que por momentos pudimos ver en los duelos ante Platense y ante Instituto debe ser una constante. Aquellos partidos además de 3 puntos y varios goles dejaron buenas sensaciones. Este de San Lorenzo no va por ese lado. Hubo un retroceso en lo futbolístico y no logró imponerse ante un equipo que no ha podido incorporar refuerzos por la pésima situación financiera e institucional que esta viviendo desde hace unos años. Esta vez las diferencias de presupuesto económicos no influyeron en lo deportivo. Y si bien no se juega ni disputa un campeonato de entidades financieras, debió notarse en la cancha un poco mas las diferencias de plantel que existen entre uno y otro.

Maxi Salas se fue lesionado ante San Lorenzo y se espera el resultado de los estudios médicos.

Capítulo cerrado el de San Lorenzo y ahora habrá que ponerse pensar y trabajar en otro santo pero el de Tucumán. River debe seguir con vida en la Copa Argentina y dejar los papelones para otros equipos. Es importantisimo tener un sábado victorioso y clasificar a la siguiente ronda. Asi como el ganar la Copa Libertadores es el objetivo principal, River tiene prohibido distraerse en las otras competencia que disputa porque es necesario sumar si o si un título en este 2025. No estará Maxi Salas por lesión. En estas horas se conocerán los resultados de los estudios y Dios quiera sean lo mas positivos posibles en un panorama que nos tiene con las alarmas encendidas. Habrá que encontrar el reemplazo ideal durante su ausencia. Salas había sido uno de los motivos fundamentales para ese lavado de cara que River intenta tener para este segundo semestre. Hoy Borja parece haber perdido el aura con la gente que cada vez le tiene menos paciencia. Esta Facundo Colidio en un aceptable momento. Volverá Sebastian Driussi y es una buena noticia. Sin embargo será todo un desafío lograr que no se extrañe el 7 bravo que empezábamos a disfrutar y que contagiaba no solamente a sus compañeros sino también a todos nosotros. Nunca está bien depender de un solo hombre pero está claro que se buscó en él lo que no se tenia y que partidos como el de anoche confirma que River lo necesita como al aire para respirar.