Estamos todos calientes. Esta derrota con Boca la veíamos venir. La olfateabamos hace dias con solo ver jugar a River de la forma que lo viene haciendo. Es una realidad que nos frustra y entristece. Estamos en caída libre hace meses y nunca tocamos fondo. Nos aguantamos un montón de trompadas durante este pésimo 2025, pero la de ayer es la que mas nos duele. Cuantas cosas escritas en estas columnas se repiten partido a partido. Ya cansan. Por eso si me permiten y con el más absoluto respeto les voy hablar directamente a ustedes: jugadores y entrenador. Culpables de esta espantosa actualidad que nos hacen vivir.
Le fallaron a la gente
A la hora de jugar y dejar el alma volvieron a defraudar. Una vez más le fallaron a la gente. No dieron la talla en el partido del honor y el orgullo. En el que se defiende la camiseta a la que nuevamente le faltaron el respeto. Son un equipo sin corazón, de alarmante fragilidad emocional y sin ninguna idea futbolística. En un deporte para vivos se pasan de verdes. Se acostumbraron a perder todo lo que juegan y amargarle la vida al tipo que espera ilusamente una alegría de parte de ustedes. Son un grupo de futbolistas sin espíritu, capaces de provocar esta enorme crisis deportiva y no tener la fortaleza animica necesaria para sacarla adelante. Juegan en River Plate y parecen no darse cuenta. La institución mas grande de toda la Argentina. La que les brinda los mejores predios para entrenar, hoteles de lujo para descansar y contratos económicos fabulosos para que tengan ustedes y sus familias las vidas que sueñan, merecen y desean. River les da todo y ustedes no le devuelven nada. Estan cómodos. Se los ve sin hambre ni ambiciones. Sensibles por los silbidos o gritos de un Monumental enojado que en vez de motivarlos los inhibe. Esto así no funciona. Cometen los mismos errores siempre. Regalan los partidos. Son ingenuos, livianos, no tienen rebeldía ni tampoco esa vergüenza deportiva que debe florecer en los momentos complicados. Les ganan con nada y cualquier equipo medio pelo se les anima. Algunos de ustedes escribieron capítulos importantes en la historia de este Club y siempre serán queridos por eso, pero el glorioso pasado no justifica el pálido presente. Deben ser los primeros en dar la cara para revertir esto y agarrar a sus compañeros para que comprendan donde estan y que de una vez por todas reaccionen. Los nuevos, lo que llegaron como refuerzos, demuestren si estan a la altura o esta responsabilidad les queda enorme. Esto así no va mas y diciembre puede ser la puerta de salida de muchos.
Gallardo, sos responsable
Muñeco, también te voy hablar a vos. Soy de los que confian y no ponen en duda tu capacidad como entrenador pero no te reconozco. En tu versión actual no veo nada de ese Gallardismo que tan grande hizo a este club. En partidos como los de ayer siempre teníamos un plus con vos sentado en el banco y ayer, una vez mas, sos principal responsable de lo sucedido. Nunca se vió en La Bombonera un River tuyo tan apático. La formación que elegiste y el planteo que diseñaste no se entiende. Saliste a respetar demasiado a un Boca muy discreto. Linea de 5 mas dos volantes defensivos para controlar a un equipo de funcionamiento opaco, que no asusta a nadie y al que cuando otros equipos lo atacaron le generaron problemas. No había un plan para atacar mas que un pelotazo largo a Maxi Salas. Teníamos por momentos la pelota pero sin saber que hacer con ella. No llegamos al arco ni los lastimamos nunca. Perdiste el duelo táctico contra un interino que no esta a tu altura ni tiene tu status. La imagen que veíamos en el banco era la de un DT resignado que no transmitía nada. No es a lo que nos acostumbraste ni lo que esperamos de un procer como vos. Necesitamos que vuelva esa convicción en tus gestos y expresiones para que le puedas inculcar esa rabia con la que supieron jugar tus equipos esta clase de partidos. Celebré tu renovación en la semana porque la considere una buena noticia para el futuro de River y porque un mal año no hará que modifique los conceptos que tengo sobre vos pero este no es el camino. No pudiste construir un equipo confiable desde tu regreso y pensando en lo que viene no se ve un solo cimiento donde iniciar un River competitivo. De esos 5 puntos con que calificaste al equipo ahora esta en 3. Y sigue bajando. Por eso tenes que reaccionar. Desperta. Corta cabezas. Hace lo que tengas que hacer pero date cuenta que esa estatua imponente, merecida y bien ganada está envejeciendo mal. Hoy sos discutido y la gente esta dividida. Ya no se trata de “hinchas genuinos” o no. Estamos hablando de esa representatividad que provocaban tus equipos en la tribuna que hace tiempo no se logra.
Ramírez, también hay para vos
Dicho todo esto siempre hay una perlita arbitral para remarcar. Hubo falta de Milton Gimenez a Paulo Diaz. El delantero carga con su brazo sobre la espalda del defensor que al estar en el aire se ve desplazado. Nicolas Ramirez en la cancha no la vió y Hector Paletta en el VAR con mil cámaras a disposición tampoco. Raro. Lo cierto es que esa jugada cambió el resultado y el trámite de un partido en donde ambos equipos jugaban mal y no pasaba absolutamente nada. Una mas de tantas que habitualmente vivimos en la historia de los Superclásicos. Las imágenes estan claras. Se cobró todo para el mismo lado y solo se amonestaban a los de blanco y rojo. Nosotros los periodistas lo decimos en nuestros espacios. Ustedes en las tribunas deberán en algún momento también expresar su enojo hacia los responsables de estos pésimos arbitrajes.
No queda mas opción que prender velas a los resultados de este lunes. Rezar para que en Liniers no suframos otra derrota que nos haga hipotecar la posibilidad de jugar la Libertadores en el 2026. Estamos golpeados y sin confianza. Nos cuesta creer en un cambio inmediato. Lamentablemente estamos en un momento crítico y sin síntomas de recuperación. Todos los objetivos del año fueron un fracaso. Y sobre los que aún quedan no tenemos ninguna expectativa. Ya no se sueña con ser campeón, al contrario, cada día nos hundimos más y vivimos en una pesadilla de la que todavia no sabemos cuando vamos a despertar.
