A lo largo de la última década futbolística de River que en su gran mayoría fue sumamente gloriosa en cuanto a títulos, el concepto de familia ha sido un denominador común tanto dentro como fuera del campo de juego. Y para que eso suceda de una manera clara y manifiesta ha sido muy importante la influencia de los grandes líderes positivos que marquen el camino tanto dentro del vestuario como en la ascendencia dentro la cancha con el resto.
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La partida de enormes referentes en el último tiempo han dejado un gran hueco difícil de reemplazar. Si bien varios de los que vinieron a reforzar el equipo en los recientes mercados de pases son futbolistas con pasado en el club que pueden asumir ese rol, todavía no asoma cabeza un nombre propio que pueda suplantarlos directamente desde el liderato en cancha y vestuario al mismo tiempo.
Las salidas de Ponzio, Maidana y Enzo Pérez. La larga lesión del Pity Martínez; los bajos rendimientos hasta el momento de Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter y Manuel Lanzini; los altibajos y la irregularidad de Nacho Fernández; y un Milton Casco que juega poco y nada. Todos esos factores confluyeron en que solamente Franco Armani sea el gran referente futbolístico cuando hablamos exclusivamente de los históricos, y claramente se necesita mucho más contagio dentro de la cancha para acompañar al Pulpo capitán.
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Y dentro de todo este contexto en el 2024 emergieron dos apellidos que a base de regularidad absoluta y de participaciones decisivas se van ganando de lleno y con absoluta justicia el corazón de los hinchas. Por un lado Paulo Díaz, el que no se cansa de evitar goles rivales, y por el otro Miguel Borja, el que no se cansa de meterlos a nuestro favor.
¿Tienen Paulo Díaz y Miguel Borja los atributos necesarios para convertirse en líderes absolutos del plantel?
Todo liderazgo exige una gran cuota de personalidad, y también de compromiso y de mucho diálogo permanente con el resto del plantel, marcando el camino con el ejemplo. Es evidente que desde lo futbolístico y desde el temperamento la ascendencia del chileno y del colombiano en la actualidad es absoluta, sumado a que tienen las cualidades de todo líder positivo a la hora de la forma de ser.
Las declaraciones de Borja posteriores a la victoria frente a Central tirando siempre para adelante, uniendo al grupo también desde los micrófonos y alejando cualquier tipo de fantasmas sobre conflicto, sumado al reconocimiento y el abrazo hacia Martín Demichelis por sus indicaciones son gestos de líder positivo absoluto. Y por otra parte Paulo se gana semana tras semana ovaciones enormes por parte del público, quien indirectamente ya quiere adoptarlo como el gran jefe del equipo.
Por eso creo que es momento que tanto él como Díaz se la empiecen a creer desde el buen sentido a la hora de asumir roles protagónicos a la hora de hablar adentro de la cancha, y que eso también se vea en el día a día, en cada entrenamiento o momento en el vestuario.
Ellos pueden y deben convertirse en caudillos totales. River necesita nuevos grandes líderes a todo nivel, y ojalá que ambos lleguen a cumplir ese rol de manera completa. Porque para pelear en serio la Copa Libertadores y para seguir siendo protagonistas como equipo es necesario también recuperar ese salto de calidad a la hora de afianzar referentes.