Primero fue Doha, luego se sumaron Miami y Medellín. No contentos con eso, en Conmebol también contemplaron la posibilidad de otorgarle a París la posibilidad de albergar la Superfinal entre River y Boca. Es una vergüenza y un bochorno que el ente regulador del fútbol sudamericano esté subastando al mejor postor el partido final de la Copa Libertadores de América.
El Presidente de España, Pedro Sánchez, da el visto bueno para que la final se dispute en el Bernabéu
Y en las últimas horas, comenzó a tomar mayor fuerza la chance de que Madrid sea la ciudad que reciba a River y Boca para jugar el encuentro decisivo del certamen. La cita tendría lugar el nueve de noviembre a las 16:30 horas de Argentina (20:30 en Madrid), en el estadio Santiago Bernabéu.
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Sin dudas, esta información no hace más que confirmar la injusticia y la desventaja deportiva que poseerá River jugando fuera de su país y de su continente en un recinto que nada tiene que ver con el fútbol sudamericano. La final copera se ha transformado en un producto tangible que pasa por las manos de los empresarios más poderosos del planeta cual subasta.
