El partido estaba finalizando y River ganaba por 2-1 en la final ante Boca. El eterno rival buscaba de forma desesperada y agónica el empate que le permita alcanzar la serie de penales incluyendo a su arquero Andrada en los córners a favor. De hecho, uno de los tiros de esquina llegó luego de que Leonardo Jara remate al arco y su tiro haya sido desviado por Javier Pinola. Pero la pelota no salió limpia: primero pegó en el palo derecho de Armani, y luego se fue.

Allí, en ese momento, los corazones riverplatenses tuvieron un punto de inflexión a punto tal de emanar suspiros intensos. Y así lo dejó en claro Nacho Fernández, que observó esta acción desde afuera (ya había sido reemplazado por Bruno Zuculini).

"En el tiro de Jara la verdad que se me paró el corazón. No se veía bien del banco por donde pasó la pelota, y cuando pegó en el palo fue un alivio grande aunque se venía el córner y todavía faltaba poquito. Seguíamos sufriendo, y después con la corrida del Pity, que ya no lo podía alcanzar nadie, salí corriendo y fui uno de los primeros que llegó a saludarlo. Fue un desahogo", manifestó el mediocampista.