Defender el manto sagrado es una responsabilidad muy importante. No cualquiera logra asumir tanta exigencia con naturalidad. Y para Gustavo Cabral sin dudas no fue una tarea sencilla. Le costó estar a la altura del club.

A principios de 2008, el hombre nacido en Isidro Casanova (Provincia de Buenos Aires) llegó al Más Grande para reforzar el equipo que en ese entonces dirigía el entrenador Diego Simeone.

A pesar de que venía de tener experiencia en Racing, Cabral no pudo adaptarse al Mundo River. Y eso que tuvo mucho rodaje: en total disputó 71 partidos oficiales, convirtió 4 goles y se consagró campeón en el Torneo Clausura 2008.

En 2010, el defensor se marchó del Más Grande y arribó al fútbol mexicano. Se puso la camiseta de Estudiantes de Tecos y tras una buena temporada pegó el salto al fútbol europeo. En agosto de 2011 llegó al Levante (España) y en tan sólo un año consiguió clasificar a la Europa League 2011-12.

Un año más tarde, Celta de Vigo le abrió las puertas y se convirtió en un futbolista fundamental para la defensa. De hecho, jugó casi siete años en dicho club donde estuvo muy cerca de disputar la final de la Europa League 2016-17: perdió la semifinal con Manchester United.

 

¿Cuál es el presente de Cabral? Regresó al fútbol mexicano. Hace unos días quedó libre en el conjunto español y acaba de firmar contrato con Pachuca, equipo comandado por Martín Palermo.

¿Qué recuerdo te quedó del paso de Cabral por River?