Menospreciar un River vs. Boca oficial por la instancia o la calidad del torneo en disputa es caer en una trampa absoluta, así como también resulta lógico poner en la balanza ciertos contextos y trazar la real importancia que tiene el partido como tal. Eso sí, lo que nunca cambia en estos cruces es el hecho de saber que cualquier resultado tendrá una influencia y marcará un quiebre favorable en la confianza o dejará una herida impostada que habrá que cicatrizar lo más rápido posible.
Desde el lado de River hay varios factores para analizar respecto a cómo le cae este partido que se dio de la noche a la mañana y que no dio demasiado márgen de tiempo primero para asimilarlo y después para salir a la cancha. En el plano futbolístico la buena noticia es que en las últimas semanas comenzó a consolidarse una cierta idea e identidad que asoma cabeza y que esperemos haya llegado para quedarse.
Ese 4-3-1-2 clásico pero no por eso poco eficiente liberó a varios futbolistas que se sentían encasillados con el 4-3-3 que vimos en Venezuela y contra Rosario Central, y claramente ante Nacional e Instituto apareció la mejor versión de River en todo el semestre, con juego más fluido, un ataque más profundo y sobre todo un mediocampo más equilibrado para respaldar a la defensa. Por lo que si Martín Demichelis repite el esquema ante Boca habrá más posibilidades de superarlos en los 90 minutos.
En lo que respecta al contexto del semestre, River dará comienzo a partir del domingo a las tres semanas más determinantes de esta primera parte del año. El envión para la confianza puede ser maravilloso en caso de ganar el clásico, y dejaría posicionado al equipo a dos partidos de un nuevo título y de asegurar la clasificación a la Libertadores 2025.
Mientras que en ese lapso tendremos además las dos visitas determinantes a Paraguay y Uruguay respectivamente para tratar de sumar los puntos necesarios que no solo nos aseguren la clasificación a octavos de la Libertadores sino que además nos posicionen de la mejor manera posible dentro de la tabla general para ganar la localía en todos los futuros mano a mano.
El factor Demichelis: otra de las claves en juego
Para el entrenador de River también será una gran prueba de fuego. Más allá de la importancia que genera ya de por sí un cruce contra el clásico rival, el DT viene entrando en un proceso de alejarse de ciertos cuestionamientos por parte del público gracias a sus decisiones futbolísticas mucho más sensatas y empáticas en los últimos partidos.
Ganarle a Boca por tercera vez en cuatro partidos, mantener el invicto contra ellos y superarlo en el primer mano a mano eliminatorio le daría un respaldo emocional y en la confianza de la gente que seguramente solo sea comparable y cercano con aquel momento en el que su River salió campeón de la Liga Profesional 2023, donde las tribunas coreaban su nombre y la gente se mostraba muy agradecida por lo que brindaba el equipo en cancha.
Mientras que una derrota o eliminación donde las formas sean complejas de asimilar puede volver a generar ese aura de dudas por parte de la gente y esa lupa puede agigantarse a la hora de analizar su trabajo. Pero insisto, más allá de un mal resultado lo más importante creo que serán las decisiones que tome en cuanto al planteo inicial y los cambios durante el desarrollo.
En definitiva, si bien sabemos que el domingo no es una final en sí misma y que el resultado no determina nada importante en cuanto a logros futbolísticos, River necesita como el agua una victoria para seguir peleando todos los frentes, para volver a pisarles la cabeza a ellos y generarles otra vez un clima difícil puertas para adentro, y para seguir alimentando la esperanza e ilusión en este nuevo y buen funcionamiento mostrado en los últimos partidos. Vamos con todo. Vamos por todo.