Fue el gol de su vida. Rodrigo Aliendro entró a los 88 minutos de la final de la Supercopa Argentina y cuatro minutos después marcó el tanto del triunfo con un golazo inolvidable que le dio a River un campeonato necesario.
El Peti, como le dicen, no tuvo ni tiempo de darse cuenta de lo hecho, pero apenas terminó el partido reaccionó para ir en busca de lo más importante, su hijo Mateo, a quien hizo pasar por entre los barrotes de una de las tribunas del Kempes para llevárselo con él y celebrar una alegría inolvidable.
La emoción del hijo de Rodrigo Aliendro tras el golazo de su papá
Apenas Aliendro lo alzó, Mateo se largó a llorar acaso invadido por la emoción del momento y otro poco por el susto de la locura que de los jugadores de River que fueron a abrazarlo, Pablo Solari y Esequiel Barco. El nene, que primero no sabía si reírse o llorar, abrazó a su papá y ahí nomás lloró.
La banca de Rodrigo Aliendro para Martín Demichelis
Entrevistado tras la final, Rodrigo Aliendro respaldó a Martín Demichelis: “Creo que los cuestionamientos son para todos, nosotros tenemos clara la idea de Martín, a veces las hacemos bien y a veces no. Sabemos que tenemos que mejorar y que tenemos mucho más para dar, pero ojalá que este sea un envión para el final del torneo y para el comienzo de la Copa Libertadores”.