Se sabe que Franco Armani es un ferviente creyente religioso. Su esposa, Daniela Rendón, lo acercó a la Iglesia Cristiana cuando él se encontraba dando sus primeros pasos en el fútbol colombiano. Sin embargo, hubo otro ámbito espiritual a donde el Chili recurrió para encontrar su guía en una carrera que por ese momento no lo tenía en los primeros planos.

Con apenas un puñado de meses en tierras cafeteras y siendo suplente de Gastón Pezzutti, el Chili contó qué fue lo que hizo buscando el rumbo a sus 23 años de vida: "Llevaba apenas tres o cuatro meses en Medellín y un conocido me llevó a ver a una señora que era canalizadora de ángeles. Ella tuvo una conexión con mi abuela fallecida y me dijo que yo iba a alcanzar la plenitud en mi carrera llegando a los 30 años. Y bueno, fue así".

La canalizadora de ángeles a la que Franco se refirió en su relato es a quienes en Argentina llamamos Médium. ¿Qué son? El diccionario lo simplifica de esta manera: "Personas a la que se considera dotadas de facultades mentales paranormales que le permiten comunicarse con los espíritus del más allá".

Y vaya que ese espíritu con el que Armani tuvo conexión le dijo la verdad. Nadie imaginaría que, siete años después de lo ocurrido y teniendo 30 llegaría a triunfar en el equipo colombiano para luego defender los colores de River y de la Selección Argentina en un Mundial. Creer o reventar, pero más allá de la decisión de regresar a Argentina para tener "una chande de estar más cerca de los ojos del cuerpo técnico de la Selección" hubo también un mensaje del más allá que lo orientó a quien hoy es el mejor arquero del fútbol argentino.