La travesía de River por Perú no fue del todo satisfactoria desde el resultado más allá de los merecimientos que ocurrieron en los 90 minutos para que el equipo no sufra tanto, y el 1-1 frente a Sporting Cristal dejó un dejo de sabor a poco porque la tabla de posiciones sigue siendo una amenaza, con el Más Grande todavía en el último lugar del grupo de la Copa Libertadores.
Sin embargo, puertas para adentro tanto el cuerpo técnico como el plantel mantienen el ánimo encendido y la esperanza intacta, entendiendo la importancia de saber que pese a las dificultades el equipo sigue dependiendo de sí mismo, y además cuentan con el gran aliciente de saber que todo lo que resta de cara a la definición se jugará en el Estadio Monumental con más de 86000 almas rojas y blancas dejando la garganta en las tribunas.
Es por esto que el Millonario emprendió el viaje de vuelta desde Lima (llegarán cerca de las 22 a Buenos Aires) con las mochila cargadas de fe, y en un clima sumamente tranquilizador y distendido. Las numerosas situaciones de gol que se generaron frente a Cristal y el buen funcionamiento en ataque que se vio en varios pasajes del partido marcan que en esa faceta está el camino a seguir, y eso también fortalece al vestuario en su intimidad porque se plasmó la superioridad sobre el rival y los merecimientos estuvieron.
Sacar 6 puntos en Núñez es la meta a lograr, y los partidos que se vienen frente a Vélez y a Defensa y Justicia por la Liga Profesional deberán servir como el último envión necesario desde la confianza para llegar con toda la preparación ideal para enfrentar a Fluminense el miércoles 7 de junio en casa, un equipo que más allá de la goleada en el Maracaná no había mostrado tanta superioridad hasta el momento que River se quedó con uno menos. Se vienen semanas decisivas, y el equipo tiene todas las herramientas necesarias desde lo anímico para afrontar este momento. No hay mejor inyección que una buena dosis de confianza plena para saber que se puede, y querer que se pueda.