Ramón pidió su incoporación para reforzar un sector que River tenía flojo. Y Vangioni comenzó “pagando” con un partidazo.
“Quiero dejar una huella como la que dejó Sergio Berti”, había declarado Leonel Vangioni ni bien llegó a River. Tremenda frase merecía una puesta en escena que le dé sustento. Y sus primeros minutos de fútbol en el verano lo lograron con creces.
Con Boca enfrente, con la Banda Roja en el pecho por primera vez y un marco impresionante en el estadio, Vangioni no se achicó; todo lo contrario. Sus pergaminos a cuestas y el aval de Ramón fueron suficientes para que el ex-Newell’s redondeara una noche casi perfecta.
Vangioni salió a la cancha con una misión: darle vida a la banda izquierda. Arrancó algo timorato, pero rápidamente se adaptó al esquema y entró en ritmo. Estuvo firme en la marca y mostró un despliegue inusual para esta altura del año. Participó en varias triangulaciones, llegó al área (hasta Sosa le hizo un penal que Lunati no cobró) y fue el principal artífice de la apertura del marcador, cuando le envió una pelota cruzada perfecta a la cabeza de Mora, luego de una buena jugada colectiva.
Tuvo una noche de aplausos, fotos y ovaciones. Pero lo más importante es que su fútbol le dio vuelo a un River que tenía déficits en un sector clave del campo de juego.
Corajudo, activo, rápido, sacrificadio, criterioso con la pelota en sus pies, el Piri se llevó la puntuación más alta y revivió la franja izquierda. Necesitará muchos partidos para dejar una huella como la Bruja Berti, pero este comienzo ilusiona a todos.
Video:La entrevista de La Página Millonaria a Vangioni a principio de la pretemporada.