Gallardo hizo mucho hincapié tanto ayer como hoy en la necesidad de que los defensores y volantes sepan asociarse para darle un buen funcionamiento al inicio de la elaboración.
Los caminos se cerraron. Entre la presión que Quilmes ejerció sobre los receptores y la imprecisión que tuvo la última línea en sociedad con los mediocampistas, River sufrió inconvenientes cada vez que buscó un comienzo prolijo, fiel al estilo que pregona Marcelo Gallardo.
Sin embargo, es un problema que tiene salida. Es que justamente el Muñeco profundizó conceptos y mecanismos durante varias horas entre la práctica de ayer por la tarde y de hoy a la mañana para mejorar la salida. La cancha número 1 del predio de Ezeiza fue una suerte de laboratorio de ensayo.
El técnico dispuso que Gabriel Mercado, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori y Leonel Vangioni cumplieran una tarea en conjunto con Matías Kranevitter. Todos ellos debieron darle un punto de partida prolijo y preciso al equipo, sintiendo la presión de los delanteros, al igual que ayer le ocurrió a los suplentes. Se trata de un factor clave para que el problema frente al Cervecero tenga una salida definitiva.
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