Fernando Cavenaghi dialogó en exclusiva con La Página Millonaria desde Chipre y nos reveló detalles sobre su libro autobiográfico en el que está trabajando. Además, le habló al hincha de River y palpitó el Mundial de Clubes.

La vida de Fernando Cavenaghi bien podría ser tomada por cualquier autor o director de cine para hacer un libro o una película. Pero el Cavegol se adelantó y lo hizo él, en primera persona: a fines de noviembre saldrá a la venta su libro -aún sin nombre definido- donde contará varias anécdotas de su vida como futbolista.

Es una idea que surgió con su mamá durante su retorno al Más Grande en el 2011: “Pasaron situaciones durísimas y las fui escribiendo, voy a contar un poco de todas las cosas que me pasaron en mi carrera”. En exclusiva con La Página Millonaria, hace un balance sobre qué significaron Ramón Díaz y Marcelo Gallardo en su carrera.

También nos cuenta cómo es su vida en Europa, cuáles son sus sensaciones para los próximos partidos que le quedan a River y agradece el eterno cariño de los hinchas, quienes todavía le piden que vuelva: “De verdad, no me considero ídolo, tampoco sé si merezco un partido despedida”.

-Finalmente, la sorpresa que tenías era tu libro, ¿cómo empezó esta idea?

-La idea me surgió junto con mi mamá, cuando estaba en el Nacional B. Fuimos escribiendo durante todo el año con la idea de escribir un libro sobre ese momento. Fue una etapa tremenda donde se vivieron muchísimas cosas y me parecía bueno contarlo una vez que todo había terminado bien, con el ascenso. Por varios motivos no se dio ese año, pero ya teníamos escritas un montón de anécdotas y recuerdos, entonces un amigo me dijo que hiciera mi libro. Voy a contar un poco de todo de mi carrera, no solo aquellas historias del Nacional. Obviamente que lo escribo en primera persona, cuento con datos y ayuda de mi mamá, que además de maestra es escritora, me ayudan con la redacción, pero estoy en cada detalle del libro.
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-¿Cuándo saldría a la venta?

-En teoría habíamos hablado de principios de noviembre, pero es más probable que sea a fines. Ya estamos terminando, nos quedan sólo tres capítulos. Todavía no tengo el nombre.

-En la recorrida imagino nombres como Ramón Díaz y Marcelo Gallardo, ¿qué significaron en tu camino como futbolista?

-Ramón, sin dudas, es el técnico que mejor me entendió en mi carrera. Es quien me bancó en mis momentos de sequía, digo siempre que fue mi mejor director técnico. Gracias a Ramón y Emi, aparte de la dirigencia nueva, volví a River en esta última etapa. Él me pidió como único refuerzo y la dirigencia también. Marcelo me sorprendió mucho. Digo que no es casualidad todo lo que le está pasando, es mérito al trabajo, tiene un equipo súper preparado y le ofrece a todos los jugadores las máximas posibilidades para crecer, es muy exigente y un gran detallista. Siempre le voy a estar agradecido por todo, pero más que nada por haberme hecho jugar el partido más importante de mi vida, y uno de los más importantes de la historia del club. Un párrafo aparte merece el Profe Dolce, quien estuvo al lado mío en mi recuperación después de la operación del pie. Él y todos los médicos me ayudaron muchísimo, hasta en días que estaba cansado y desganado me venía a buscar a casa con un amigo mío, Pablo, para entrenar hacer bici, correr, para darme ánimo.

Cuando llega el momento de hablar de idolatrías, el Torito pone el freno: “No me considero ídolo”. A cualquiera le resultaría inaudito que el delantero no asuma el mote, pero la clave es su humildad, que se cuela en cada reflexión de la charla. Cavenaghi pareciera no querer abandonar nunca esa faceta de sentirse “uno más”. Sin embargo, es ese jugador al que la semana pasada los hinchas de River en La Página Millonaria eligieron como el ex que más extrañan.

El Cavegol, quien supo volver aRiver cuando Núñez era un fierro caliente, el que puso la cara a los destratos de Daniel Passarella, el mismo que se trazó el sueño de levantar la Libertadores y lo hizo, simplifica este amor como un agradecimiento: “Sé que mi gesto de volver en las malas marcó a mucha gente y me hice muy querido, pero no me puedo considerar ídolo, de verdad. Lo sentí así, sentía que tenía que estar. Fue devolverle al club algo de todo lo que me había dado”.

-No te considerás ídolo, pero la gente quiere que vuelvas, o al menos hacerte algún día un partido despedida en el Monumental, ¿le vas a dar el gusto?

-Ojalá, la dirigencia me dejó las puertas abiertas para hacer un partido despedida, pero hoy me parecería muy prematuro hablar de eso. ¡Todavía tengo cuerda para jugar! Pero no lo descarto, aunque no sé si me lo merezco.

-Tenés cuerda porque estás goleador en Chipre, ¿cómo te sentís en el Apoel?

-La verdad estoy feliz por el arranque que tuve en la liga. No sólo estoy goleador, sino que seguimos peleando en el grupo de Europa League, donde tengo la suerte de poder enfrentar grandes equipos. De entrada me sentí muy cómodo y el trato tanto de la gente del club como los compañeros y los hinchas es genial. Disfruto de volver a jugar en Europa y los goles son goles, sean donde sean, en mi mundo como delantero son fundamentales. Estoy viviendo en un lugar hermoso, donde aprovecho de disfrutar más tiempo con la familia.

-Sabemos que seguís todos los pasos de River, ¿cómo ves esta seguidilla de definiciones que tenemos por delante?

-Hay que ir paso por paso. Ahora viene Huracán, estoy seguro de que no va a ser fácil, pero River ya demostró en las difíciles que le puede ganar a cualquiera. Es un gran equipo y todos estos jugadores están acostumbrados a estas definiciones.

-¿Viajás a Japón?

-Tenía la posibilidad de ir al Mundial de Clubes porque me ofrecieron comentar los partidos, pero lamentablemente juego acá en esas fechas, así que me es imposible. Me hubiese encantado. Deseo lo mejor para la semifinal que se viene por la Sudamericana y obviamente para Japón también.

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