(Especial desde Sudáfrica – incluye video) Buscando cambiar un poco el paisaje de Johannesburgo, emprendimos camino hacia el Norte en dirección a Pretoria, la capital administrativa de Sudáfrica y el bunker de la Selección Argentina.
Los más de 50 km de autopistas que separan Johannesburgo de Pretoria parecen insignificantes en función del cambio radical que se experimenta entre una ciudad y la otra. Pretoria es bien parecida a cualquier capital del Interior de nuestro país. Tiene su plaza central -que hoy sirve como punto de encuentro para muchos turistas-, su calle peatonal está repleta de puestos con merchandising del Mundial y ofrece la posibilidad de caminar más de 7 u 8 cuadras seguidas, algo difícil de realizar en Johannesburgo, donde contar con un auto para moverse es indispensable.
Más allá de la tranquilidad de Pretoria, el clima de Mundial también se vive en cada esquina. La ciudad está literalmente copada por los argentinos y argelinos, que ambos orgullosamente muestran sus colores. Los argelinos piden foto en cada cruze con los hinchas argentinos al grito de “Messi, Messi / Aryentina, Aryentina” y hasta muchos se avalanzan para pedir un canje de camisetas.
Avanzando unos kilometros dentro de la ciudad se llega a la coqueta zona de Hatfield lindante con la Facultad de Pretoria. El paisaje es otro, hay cientas de embajadas, veredas arboladas y varias zonas comerciales repletas de turistas y jovenes estudiantes. Allí está enclavado Hatfield Square, una plaza de pubs y bares donde se instaló una pantalla gigante para ver los partidos del Mundial. Allí pudimos compartir el partido de Camerún y Japón con cientos de camerunenses, que pese a la derrota de su selección jamás perdieron el sentido del humor y su buena onda. Recorriendo Sudáfrica, seguimos sumando nuevos fanáticos de la banda a cada paso.
