El terreno de juego estuvo lejos de exhibir el estado que mostró durante el segundo semestre del 2014. Y si bien no es excusa, le generó una dificultad extra a River.
De ninguna manera se trata de un perjuicio determinante ni un atenuante preponderante al analizar el 2-2 ante Quilmes. Sin embargo, el Millonario dio un campo de ventaja porque el césped presentó varias irregularidades que lógicamente atentaron contra el funcionamiento dinámico pretende Marcelo Gallardo.
Disconforme con el nivel desparejo del terreno, el técnico dispuso que en la práctica del sábado el ensayo futbolístico no se llevara a cabo. Y tuvo razón porque frente al Cervecero quedó en evidencia el mal estado. Mucha arena, pequeños pozos e incluso un pasto descolorido. Aun así, fue regado antes del partido para que el balón tuviera un traslado veloz.
Lo cierto es que River sintió un poco las dificultades del césped. Por momentos, la circulación no fue la ideal. Como si fuera poco, parece inútil la posibilidad de mejorarlo durante la semana. Es que el próximo sábado habrá un recital de Romeo Santos en el Monumental. Entonces, es posible que el campo tampoco luzca diez puntos el 5 de marzo, ante Universidad Autónoma de Nueva León.
+ La editorial de River 2- Quilmes 2



