River jugó casi todo el segundo tiempo con uno menos por la expulsión de Solari, pero ni así resignó su ambición y, si bien el amistoso terminó igualado sin goles, dejó buenas sensaciones para lo que viene.
Se terminó el primer amistoso de River en el país en este año. El Millonario presentó un equipo alternativo y estuvo a la altura de las circunstancias contra Estudiantes, el rival que más lo complicó en el semestre pasado, tanto en la Copa Sudamericana como en el campeonato.
La Banda tuvo buenas situaciones -Fernando Cavenaghi perdió un mano a mano en el comienzo y Lucas Boyé tuvo un tiro en el palo en el complemento- y mantuvo la ambición de ganar, aún pese a jugar 40 minutos con un hombre menos.
Porque el árbitro Diego Abal decidió expulsar quizás de manera precipitada a Augusto Solari por una falta menor cuando ya estaba amonestado. Marcelo Gallardo no quiso retrasar al equipo y puso a Sánchez, Pisculichi y Mora para intentar ganarlo.
Es cierto que en estos tres partidos jugados en el verano la cuenta pendiente es el gol (sólo un grito, el de Teo contra Peñarol). Pero el campeón realizó otro partido más que aceptable con un equipo que no tuvo titulares en el inicio.
Ahora habrá seis días para pensar en el primer Superclásico de 2015, el partido que siempre hay que ganar. Pero La Banda se la bancó con diez y demostró que este año continúa siendo más que un equipo que juega lindo.
