Barovero aseguró que el Superclásico del sábado pasado “fue un partido atípico”. Sin embargo, dejó en claro que el objetivo es levantarse inmediatamente para estar a la altura de las circunstancias en la Recopa.
Recibió cinco goles. Marcelo Barovero tan sólo registraba un antecedente así desde su llegada a River. Ocurrió el 16 de junio de 2013, cuando Lanús se impuso 5-1 en el Sur. En aquella ocasión, el resultado sepultó las ínfimas chances del Millonario, a una fecha del final. En cambio, la caída en Mendoza representa un golpe fuerte por la magnitud del encuentro en materia de rivalidad, más allá de tratarse de un certamen veraniego.
“Fue un partido atípico. Para nada imaginábamos que saliera de esa manera. Teníamos otra expectativa. Ahora tenemos un partido importante el viernes”, manifestó Trapito, al principio de la conferencia de prensa que brindó al término de la práctica, en el predio de Ezeiza. Y lejos de polemizar, en relación a la preferencia de Rodolfo Arruabarrena con respecto a la semifinal de la Copa Sudamericana, opinó: “Cada uno le da la dimensión que quiera al resultado”.
Para concluir su punto de vista acerca del 0-5, Barovero amplió su testimonio, haciendo hincapié en las circunstancias. “Al rival le han salido las cosas de manera excelente y a nosotros no nos ha salido nada. Tuvo contundencia. Lo que más duele es el resultado abultado. Después no termina de ser un partido más de preparación, sabiendo lo que significa para el hincha”,
Pese a la goleada sufrida, el arquero surgido de Atlético de Rafaela se mostró cauto. “Si nosotros nos caemos por un solo partido, sería un error. Tenemos que estar a la altura en todas las competencias. Venimos de un gran año, tenemos que mirar para adelante. Hemos pasado por muchos momentos difíciles. Cada uno tiene que mirar para adentro. Queríamos tener un gran partido para tomar confianza de cara al viernes, pero salió todo al revés”, expresó.
Además, en el final de la conferencia, La Página Millonaria le consultó a Barovero cuál es su autocrítica personal. ¿La respuesta? “Eso queda para uno, hay que mirar para adentro y hablar lo menos posible. Hasta el viernes no tenemos la chance de cambiar nada. Hay que estar por encima de todo lo que se dice y lo que se habla. No queda otra que trabajar y esperar hasta el viernes”, analizó.
