El paraguayo se mostró firme en defensa y se sacó la espina de áquel partido ante Belgrano en 2011. El fútbol, como es habitual, da revancha.
La vida y el fútbol dan muchas vueltas. El regreso de Ramón como entrenador Millonario fue clave para que Adalberto Román pegue la vuelta al Monumental, tras aquella mano ante Belgrano y el error ante Atlético de Tucumán en Primera B Nacional, que lo condenaron al “exilio obligatorio”.
Y tras su otro descenso con el Palmeiras en Brasil ni el más adepto al defensor paraguayo en Núñez imaginó su vuelta. Sin embargo, Ramón todo lo puede y el defensor regresó para realizar la pretemporada en Tandil.
Tras un verano aceptable, con un rendimiento regular, Adalberto Román tenía, en su regreso oficial con la camiseta de River, nada menos que volver a verse con el equipo cordobés.
Román tuvo una noche aceptable en defensa y siempre se mostró seguro. Nunca arriesgó y se lo vió muy metido en el partido. “Estoy muy contento por la victoria. Siempre el objetivo es tratar de mantener el cero en el arco y si bien hoy no lo conseguimos me sentí muy confirme conmigo mismo y con mis compañeros de defensa por el rendimiento”, aseguró el paraguayo una vez finalizado el encuentro.
Seguramente, Adalberto Román hoy pondrá la cabeza en su almohada y dormirá tranquilo. Tras dos años de angustia y malos recuerdos parece haberse sacado una espina grande y dolorosa. De esas que solo el fútbol y el tiempo parecen solo saber sacar.



