Con una gran actuación, el Millonario se impuso 1-0 sobre San Lorenzo y dejó atrás el golpe sufrido en Mendoza. Incluso debería haber ganado por goleada. De todas formas, quedó a un paso de obtener la Recopa, debido a que hasta un empate le alcanzará el próximo miércoles.
La caída sufrida en Mendoza no dejó mayores secuelas que el resultado. Es que River reaccionó de la mejor manera cuando más necesitaba hacerlo, teniendo en cuenta la oportunidad a nivel internacional. Tal como en el segundo semestre del 2014, fue un conjunto voraz, muy agresivo. La tarea del primer tiempo rozó la perfección, aunque faltó el gol para que la producción fuera redonda y liquidara el encuentro con suficiente antelación para pensar en hacer una buena diferencia en casa.
¿Cómo fue el rendimiento? Completo, prácticamente ideal. Si bien es cierto que fue de mayor a menor en relación a lo hecho durante la etapa inicial, el equipo que dirige Marcelo Gallardo reunió méritos para justificar claramente el triunfo. Desde el principio exhibió la dosis adecuada de temperamento e intensidad en todos los sectores del campo. Manejó bien la pelota, tuvo variantes, abrió la cancha y cuando el balón estuvo en poder de San Lorenzo se encargó de hacer que la presión se transformara en una auténtica cacería por recuperarlo.
Con respecto al desempeño ofensivo, hubo varios factores que impidieron la apertura del marcador mucho antes. El travesaño, en dos ocasiones, le negó el grito universal a un Teófilo Gutiérrez que también chocó con las manos de Sebastián Torrico. Como si fuera poco, el poste derecho evitó que Jonatan Maidana mediante un cabezazo pudiera quebrar la igualdad. Además, lógicamente, faltó puntería en casos puntuales. Entonces, más allá de ser ampliamente superior, el Millonario no pudo reflejarlo donde corresponde.
Los números de la primera parte fueron irrisorios en términos de supremacía. Independientemente del dominio evidente, River remató en 10 oportunidades, provocando tres tiros en los palos y dos intervenciones de Torrico. Además, ejecutó 11 tiros de esquina. ¿El Ciclón? Ni siquiera pateó e incluso tampoco tuvo un córner. Sin embargo, el complemento fue distinto. Tras un desgaste enorme, La Banda sintió una merma. Aunque sostuvo la iniciativa, San Lorenzo se animó e hizo que Marcelo Barovero se luciera al ganarle dos mano a mano a Martín Cauteruccio.
Consciente de la necesidad de aportarle piernas renovadas e ideas al equipo el Muñeco, quien logró otro pleno al permitirle una revancha inmediata a los titulares, introdujo cambios. Entre ellos, la entrada de Gonzalo Martínez, que mostró sus cartes sobre la banda derecha para asistir a Carlos Sánchez, cuyo remate tan potente como cruzado vulneró la resistencia visitante. Justicia en el marcador. El cierre, peleado literalmente, causó la expulsión del ingresado Leandro Romagnoli, por agredir a Leonel Vangioni. En ese contexto, River supo preservar la pelota. Intentó ampliar la diferencia. No pudo conseguirlo. Pero ganó, reaccionó y quedó a un paso de levantar la Recopa.



