River salió a la cancha en Victoria con un novedoso 3-4-3, tres modificaciones (Rojas por Herrera, Gonzaléz Pirez por Maidana y Barco por Aliendro) y Casco sumándose como un volante más a la hora de construir juego y marcar al costado de Enzo Pérez. Presión alta y amplitud con los extremos, movilidad para cortar líneas de pase y agregando paciencia con pelota dominada, la premisa del equipo en los primeros 15 minutos. Tigre se agrupaba rápido y buscaba salir lanzado de contragolpe, aunque sin precisión.

Enzo Díaz y González Pirez empezaron a imponerse muy bien sobre Retegui y Colidio, las cartas de gol del Matador, y les estuvieron muy encima cuando recibían de espaldas o en el juego aéreo. El Millonario fue superior durante un largo tramo e hizo méritos para abrir el marcador: un cabezazo desviado de Paradela y varias aproximaciones al área fueron la pauta de que estaba neutralizando a Tigre. Le faltó decidir bien entre precisión y velocidad en algunas jugadas.

Por cada jugador de Tigre en el primer tiempo, siempre hubo dos de River. El equipo de Demichelis le ganó la batalla táctica a Diego Martínez y sobresalió muy bien en la presión en todos los sectores: más coordinada, prolija y mordiendo en el momento indicado. Casco en modo pacman, Nacho Fernández manejando los hilos y un Paradela comprometido, que se equivoca, pero se involucra.

Hubo generación de juego pero falto más volúmen (Barco escurridizo pero intermitente) y afinar la puntería en los primeros 45', junto con un poco más de agilidad y sacrificio por parte de Solari (flojo en el retroceso para perseguir a Blondel) y Borja, los únicos que estuvieron a destiempo.

En los primeros quince del complemento no pasó absolutamente nada y River pedía a gritos cambios. Se estancó el juego y por eso saltó Rondón a la cancha, en lugar de un Borja al que se lo vio muy disminuido físicamente. Tigre comenzó a responder, al ver que River se iba desdibujando, y al Millonario le faltaba mucha inventiva y mejores decisiones (sobre todo de Barco y Solari) para lastimar.

Pasaron los minutos y el trámite se fue haciendo cada vez más tedioso. Corrían los 35 minutos y Demichelis, llamativamente, no había hecho ningún otro cambio. Se apagaron las ideas en River y hubo demasiada posesión de pelota sin ninguna ruptura al espacio o una diagonal, sumados a centros sin sentido de Solari. Tigre había ajustado en el medio, pero apareció la bendita pelota parada, esa que tantas veces se le hizo esquiva al Millo.

Córner desde la izquierda, peinó Enzo Pérez y González Pirez, de enorme partido, apareció solo por el fondo sin marca para cabecear al gol y hacer valer la inexorable ley del ex (estuvo un año en Tigre durante 2015). Demichelis metió mano a full para los últimos 10': Maidana, Beltrán y Palavecino por Enzo Pérez, Nacho Fernández y Solari para aportarle piernas frescas a un equipo que estaba cansado.

En la última del tiempo reglamentario, Armani, que no había tenido demasiado trabajo, se hizo gigante para ahogarle el grito a Blas Armoa, casi a quemarropa, y sostener el 1-0 del Más Grande. River no fue brillante, pero jugó uno de los mejores partidos en la era Demichelis:  un primer tiempo sobresaliente, donde se vio en ataque lo que pretende el DT y una segunda parte muy deslucida, pero marcando el gol en el momento justo. Llegó a nueve puntos y empieza a ilusioanrse.

 

 

FORMACIONES

RIVER PLATE (4-1-3-2): Franco Armani; Robert Rojas, Leandro González Pirez, Enzo Díaz, Milton Casco; Enzo Pérez; José Paradela, Nacho Fernández, Esequiel Barjo; Pablo Solari y Miguel Ángel Borja. DT: Martín Demichelis.

TIGRE (4-2-3-1): Gonzalo Marinelli; Lucas Blondel, Brian Leizza, Abel Luciatti, Sebastián Prieto; Sebastian Prediger, Cristian Zabala; Lucas Menossi, Facundo Colidio, Alexis Castro; Mateo Retegui. DT: Diego Martínez.

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