La locura por la Banda llegó hasta el sur del país y logró que Guillermo Brown alcanzara una cifra récord, superior a $1.300.000, gracias a la venta de localidades. El sábado, como de costumbre, se juega a estadio lleno.
No podía esperarse menos de un fenómeno de tanta trascendencia. La expectativa por aprovechar esta oportunidad para ver a River en Chubut era tan grande que la totalidad de las entradas, salvo las reservas internas que se enviaron a Núñez (alrededor de 500), se esfumaron en sólo ocho horas. 9.500 populares para el público local de las que, sin embargo, se espera que gran parte sea ocupada por público del Millo; y 2.200 para la hinchada visitante.
Para poder alcanzar esta cifra inédita de recaudación, Brown debió reacondicionar sectores de su estadio, como la platea, en el que hasta hace poco disputaba encuentros del Argentino A. Además, con gran oportunismo, los dirigentes dispusieron que, para forzar el ingreso económico al máximo, todos los que pretendían ver el partido en el estadio debían abonar su entrada.
Por otra parte, y con tal de recibir a River en su cancha, Brown desestimó la oportunidad de mudar la localía fuera de Puerto Madryn; situación que le hubiera permitido, al menos, doblar la recaudación obtenida. Pero los chubutenses se pusieron firmes y no quisieron salir de su estadio, conscientes de que podría ser la primera y única vez que se presente esta chance. Una actitud que habla las claras del fenómeno histórico que representa la visita del Más Grande.



