Pese a que ganó prácticamente todo desde que llegó a la dirección técnica de River, aún hay algunos hinchas que critican el accionar de Gallardo como entrenador. Desde este espacio -y con respeto a los que opinan distinto- me permito discrepar con ellos y bancar al Muñeco.

Desde que Jorge Brito blanqueó que Marcelo Gallardo se irá en diciembre, el Mundo River comenzó a analizar el antes y después del ciclo del Muñeco. La mayoría de la gente, sin dudas, banca al entrenador, quien sin embargo genera también algunas opiniones adversas entre los hinchas.

Con absoluto respeto por aquellos que no creen en él o piensan que es un ciclo cumplido, me permito discrepar. Banco absolutamente a Gallardo y la historia que ha sabido escribir como director técnico del Más Grande (sólo por hoy voy a obviar la magia que desparramó como futbolista en el Monumental).

Primero hagamos un ejercicio resultadista. River ostentaba cinco títulos internacionales en su historia y todos eran del siglo pasado. Diecisiete años sin Copas eran una mochila demasiado pesada para el Millonario, que parecía no poder sacarse el peso.

Pero llegó el Muñeco, potenció aún más al equipo campeón con Ramón Díaz -eterno idilio con vos también, riojano querido- y sacó campeón, a cinco meses de llegar, a River de la Copa Sudamericana. Ah, y un pequeño detalle: eliminando a Boca, ese rival al que jamás pudimos, hasta entonces, sacarnos de encima en un mano a mano copero.

+ La emoción tras ganar el primer título:

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No conforme con eso, Gallardo renovó la apuesta, pidió no pensar en el pasado y le dio a River la Recopa Sudamericana antes de ir por la Libertadores, la eterna cuenta pendiente que tanto le costó históricamente al Millonario.

Y la logró. Con altibajos, es cierto, pero sin gas pimienta, con otra eliminación en la cara del eterno rival y un sprint final inmejorable, incluyendo el triunfazo en Brasil, las ‘batallas’ en Asunción y Monterrey y la vuelta olímpica en el Monumental.

Sin festejar, fue a Japón al día siguiente y volvió con la Suruga, una Copa de menor renombre, por supuesto, pero que hubiera dolido perder -como la Supercopa Argentina-. Gallardo les inculcó a los jugadores que había que ir por todo y logró la cuarta consagración en un año de trabajo.

Llegó la renovación -previa final del mundo, por si alguien se olvidaba- y el equipo siguió ganando. Esta vez, Recopa -primer bicampeonato internacional de la historia- y la Copa Argentina, ese título que literalmente todos querían para clasificar a la Libertadores. Ok, tema exitismo terminado.

Ahora vamos al juego. Sí, nunca se pudo sostener por tanto tiempo el nivel que se vio en el primer semestre. Como Barcelona, cuando bajó el nivel con Guardiola o Luis Enrique. Como Real Madrid con Ancelotti. Como España con Vicente del Bosque. Como todos los grandes equipos, bah. Pero concentrémonos en River.

Es verdad, Pisculichi no pudo mantener el nivel, el Pity siempre aparenta más de lo que termina haciendo y nunca se pudo reemplazar a Sánchez o Kranevitter. Pero River intenta -sí, intenta, no siempre lo logra- respetar el ADN de la institución: tenencia de pelota y búsqueda constante del equipo rival. ¿Qué cometió errores Gallardo en el armado del equipo? Obvio, más de una vez. ¿Pero realmente creemos que otro entrenador le hubiera impreso ese estilo al equipo?

Tema refuerzos, otro ítem que varios le achacan. El Muñeco lleva seis mercados de pases como técnico riverplatense, en los que llegaron Pisculichi, Chiarini, Martínez, Mayada, Aimar, Lucho, Saviola, Alario, Viudez, Bertolo, Casco, Fernández, Alonso, Arzura, Domingo, D’Alessandro, Denis, Rossi, Moreira, Mina, Bologna, Lollo, Larrondo, Rojas y Auzqui, además de Mora y Sánchez, quienes regresaron luego de ser cedidos en la era de Ramón.

Algunos fueron aciertos plenos -Alario y Pisculichi, a la cabeza- y otros estuvieron claramente por debajo de lo esperado -Saviola, Bertolo, Lucho y varios más-. Ahora bien, ¿se resintió el equipo titular? ¿Cuántas veces se vio vapuleado el River de Gallardo?

Imagino que nadie de los que lee estas líneas se cree omnipotente como para pensar que hace todo bien en su trabajo. A partir de esa premisa podemos entender que, por supuesto, el Muñeco está lejos de ser perfecto. Pero que acertó con apuestas que nadie hubiera hecho y que al club aún al día de hoy le rinden frutos.

+ El Muñeco eligió quedarse:

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Tenemos la mala costumbre de extrañar lo que ya no está y subestimar lo que hay en el momento. River posee un director técnico de élite mundial -ya lo vinieron a buscar de Europa más de una vez- y es candidato en cada Copa o torneo que disputa. ¿Sólo por Gallardo? Para nada, los jugadores tuvieron muchísimo que ver. Ahora, díganme, ¿de qué nos vamos a quejar cuando no esté el Muñeco? ¿Quién podrá venir a mejorar un ciclo que ya es histórico? Ojo, no es una chicana, en absoluto. Respeto todas las opiniones. Pero entendamos que subestimar el trabajo del actual entrenador millonario es, cuanto menos, discutible. Disfrutemos lo que tenemos. Disfrutemos a Gallardo.

+ RANKING: Todos los títulos del Muñeco en River.

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