Resulta tragicómico que el empresario petrolero, periodístico y futbolero, el mendocino Vila, respire por la herida y hable de la crisis espiritual de Ortega cuando lo único que persiguió con su contratación fue fama personal y buenos negocios. ¿Acaso creía que la operación “Ortega” iba a ser interpretada como una cruzada redentora? Nada más lejos de la realidad. Ariel jamás podría arribar al club Independiente Rivadavia de Mendoza, como si fuera un amateur hambriento de gloria. Ariel, llegó a Mendoza, porque en River hubo orden de limpieza.
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