"Sé que cuando uno juega, está a la misma velocidad de ellos. Y cuando estás afuera, funcionás distinto a nivel individual y colectivo. Desde afuera, he visto que la profesionalidad que tienen mis propios compañeros". Leonardo Ponzio respira River, siente River y vive como River. Es por eso que, en diálogo con el Sitio Oficial, resaltó los valores del equipo más allá de su presencia en cancha.

Y justamente, luego de la lesión que lo mantuvo fuera durante algunas semanas, el León aseguró que la misma le dio más ganas de continuar: "Cuando uno no juega, valora esas cosas. Lo que me pasó es que me agarró una edad que si me hubiese agarrado más joven no sé cómo hubiese respondido. Mis compañeros me hacen las cosas fácil".

 

"Hablé con Andrés D'Alessandro. Cuando te lesionás ves todo diferente y querés seguir jugando. Sé que todo tiene un final. Yo siempre vengo diciendo, semestre a semestre, que a mis 37 años compitiendo en un equipo como River, mi idea es que cuando la cabeza me diga hasta acá llegamos porque estás por estar, ahí tomaré la decisión", sentenció el León, quien por el momento no tiene pensado colgar los botines.

 

Y si del retiro se trata, Leo no sabe qué hará el día que decida pasar afuera de la linea de cal: "No sé que haré cuando no juegue más. Veo muy difícil ser entrenador, hay que hacer el doble, triple o más de lo que sos como jugador. Doy órdenes porque me gusta mucho, pero no sé si podría llevar el trabajo del día a día. Yo lo veo al entrenador y no sé si podría hacer eso".

¿Ser técnico? "Ponzio, o el que sea, por haber estado en River, ¿puede ser entrenador? Podría ser, pero tenés que prepararte. Por ahí me pongo el molde y duro uno o dos partidos. Hay que prepararse para darle lo mejor a River y a tu profesión. En ese ámbito no me veo", contestó de manera rotunda Ponzio.

 

Cómo imagina el día después del retiro: "Para nosotros, el después del jugador es muy fuerte. Pasás a estar fuera de un club, de una institución. El día de mañana no trabajás, entonces tenés que preguntar si podés ir a visitar... Hay otra gente, hay que respetar. Hay un después, y todo el mundo dice que es feo".

Su diálogo con Mora: "Hablo con Mora. Es difícil preguntarle cómo estás. Por preguntar, o por querer estar preocupado por otro, lo preguntás. Es fuerte, me gusta mandarles videos del vestuario o de los utileros. Hacerlos partícipes, que nos acordamos de ellos".